La balada de la mala suerte (2020), de Justin Corsbie

Jesse llega en coche a una pequeña ciudad y se aloja en un modesto motel. Con su guitarra y su taco de billar, Jesse es un buscavidas que se ganará pronto un buen dinero engatusando a oponentes sobre el tapete verde, pero sus métodos poco limpios en el juego (les engaña al principio pareciendo poco experto para desplumarles después bola a bola) no serán muy bien recibidos. Una noche contactará en el motel con una mujer a través de un anuncio de citas. Resulta que la prostituta es Carla, en realidad un viejo amor de Jesse. Ambos comparten un pasado que no han podido olvidar.

Justin Corsbie dirige una película sobre perdedores con marcado aire independiente, de producción modesta, ambientada en una típica y pequeña ciudad del medio oeste. La historia de La balada de la mala suerte tiene un origen bastante singular, porque es una invención basada en la letra de una canción del cantautor Todd Snider, cuyo texto sirve para encuadrar los mimbres del principal tema de la película: el problemático reecuentro con un amor del pasado. El guión del propio Justin Corsbie en colaboración con Craig Ugoretz se encarga de aportar empaque a la trama, aderezándola con algunas cuestiones que aportan fuerza dramática, como todo lo relativo al billar y el encuentro con los matones.

En manos de otro cineasta, La balada de la mala suerte podría haber resultado un film deprimente, violento e insano, pero Corsbie no quiere echar más leña al fuego, evita groserías y huye del fatalismo al mostrar la vida arrastrada de dos perdedores, él y ella, cuya historia de amor nunca se ha extinguido del todo, lo que no resta un ápice a su carácter dificil y turbulento. Durante la noche en el motel en que tiene lugar el núcleo de la trama, habrá acercamientos, risas, canciones, tiranteces, rencores y palabras crueles, pero también el reecuentro continuo, todo aderezado con sus dosis de alcohol y coca propias de una noche de juerga ambientada en los 90.

Correctamente rodada, con una lograda ambientación nocturna, destacan momentos como el de la canción con la guitarra, la aparición del policía o las intervenciones de los secundarios Eric Roberts o RZA, este último en un papel tarambana. En cuanto a los protagonistas, la verdad es que están estupendamente, tanto el seductor Michael Dorman (El hombre invisible), que demuestra cantar con estilo propio, como la fotogénica y risueñaa Sophia Bush (One Tree Hill). Y transmite mucha intensidad Dermot Mulroney en su papel de matón vengativo.