Terminator (1984), de James Cameron

Uno de los mayores éxitos del año de su producción, se situó en el octavo puesto de las películas más taquilleras y recaudó 80 millones de dólares en todo el mundo. Todo comenzó con un sueño que tuvo James Cameron mientras meditaba su futuro en Roma, tras el desastre que había supuesto su primera película, Piraña II: los vampiros del mar. Con un presupuesto de seis millones y medio de dólares logró llevar a cabo el proyecto, resultando fundamental en el mismo la presencia de Arnold Schwarzenegger como el malvado ciborg a pesar que en un principio su papel iba a ser el del protagonista humano. Éste es y será siempre, sin duda, el papel de su vida.

Su trama comienza en el año 2029, en un mundo dominado por las máquinas. Sólo un reducido grupo de humanos ha logrado resistir. Un indestructible robot conocido como Terminator es enviado a 1984 para que asesine a una mujer, la que será la famosa Sarah Connor, y evitar que su hijo nonato se convierta en el líder de estos rebeldes.

Lo verdaderamente inquietante de Terminator, su verdadero acierto y originalidad está en jugar con los viajes en el tiempo y la distopía, con la idea de que ese futuro aterrador es evitable. Eso, por un lado. Y, por otro, que esta trama está acompañada de una fuerza narrativa arrolladora, con un virtuosismo pocas veces mostrado en el cine de acción hasta entonces que cautiva al espectador desde el minuto uno y no lo suelta. Y si a ello se añade un ritmo trepidante, una estética casi de neo cómic cinematográfico brillante e imprevisible y unas interpretaciones solventes, la magia del cine está servida.

Junto a la interpretación hierática de Schwarzenegger (¿fue perfecta o es de verdad un actor robótico e imperturbable?) destaca por supuestísimo el trabajo de Linda Hamilton en el de la acongojada Sarah Connor. Su fragilidad inicial, su permanente estado de incredulidad, irá virando poco a poco en la extraordinaria y fortísima mujer que llevará en su interior al líder de la Resistencia humana en la guerra contra las máquinas. Remata el elenco Michael Biehn en el papel del esencial Kyle Reese, que si bien viaja desde el futuro para salvar a Sarah Connor de la letalidad de Terminator, se acabará enamorando de ella y se convertirá en el padre de John Connor. El film es muy representativo de las tramas paradójicas de viajes en el tiempo y sorprende, por tanto, por sus imaginativos giros.