El agente invisible (2022), de Anthony Russo

Seis es el nombre en clave de un agente secreto de la CIA del proyecto Sierra, del que forman parte hombres sin lazos familiares que podrían estorbar su trabajo, preparados para operaciones encubiertas que ejecutan con perfección, muchas veces se trata de eliminar a indeseables, o sea, son algo muy parecido a asesinos a sueldo. Fitzroy captó a Seis en la cárcel, y de hecho y en contra de lo establecido, ha desarrollado unos lazos quasi familiares con él y su sobrina, una niña. Pero cuando está cumpliendo una misión en Bangkok, descubre que le han mandado matar a Cuatro, también del proyecto Sierra, en cuyo poder obra un pendrive con información sensible que involucra a altos mandos de la CIA en operaciones nada ortodoxas. Antes de morir, Cuatro entrega a Seis el pen, y desde ese momento se convierte en objetivo de los corruptos, que mandan en su busca a Lloyd Hansen, sociópata carente de cualquier escrúpulo moral. Por suerte contará con una inesperada aliada, Miranda, a la que ha conocido en la operación de Bangkok.

Cine de acción palomitero, con excusa argumental mínima y altamente disfrutable por su magnífico ritmo, está dirigido por los hermanos Anthony y Joe Russo, populares sobre todo gracias a sus películas de superhéroes Marvel. Se inspira claramente en la saga Bond, incluso con la gracieta de llamar Seis al protagonista “alter ego” de 007, interpretado por Ryan Gosling, y por fichar a una de las últimas chicas Bond, Ana de Armas; no falta el villano de tebeo, rol que le toca interpretar a un Chris Evans con bigotito, malo malísimo, también en su torpeza, ya no es el heroico capitán América que hizo para los Russo. Otro elemento muy bondiano es el recurso a múltiples localizaciones repartidas por todo el mundo, además de Bangkok, nos movemos en trepidantes escenas de acción, entre tiros, explosiones y persecuciones automovilísticas y tranvieras por las calles de Viena, Praga y un castillo sito en una isla de Croacia.

Se agradece que esta producción del veterano Joe Roth y los Russo haya querido humanizar un poco al protagonista, y que haya personas que le importan, no estamos ante el típico agente secreto de corazón de hielo; se hace con medida, quizá de un modo más exitoso que con lo que vimos en Sin tiempo para morir, donde a muchos nos pareció que Daniel Craig se ablandaba en exceso. Aquí se juega con la vulnerabilidad de Six cuando le amenazan con hacer daño a las personas que quiere, pero el comportamiento del protagonista y la posible víctima resulta un poco más razonable.