Mi padre, el cazarrecompensas intergaláctico (2023)

Simpática serie familiar de animación, creada y dirigida por Patrick Harpin y Everett Downing, que consta de 10 capítulos de unos 25 minutos cada uno.

Sean es un niño al que encantan los videojuegos espaciales on line, aunque pierde con frecuencia; por fortuna su hermana mayor Lisa es una crack, y logra salvar el honor familiar. Sus padres están separados, y una noche toca pasarla con el padre, que tiene un trabajo sin demasiados alicientes como repartidor. En realidad es la tapadera de su auténtico oficio, cazarrecompensas galáctico conocido como Sabo Brok, algo que los chicos sólo descubren cuando se esconden en el maletero de su coche, y al salir descubren que están abordo de una nave espacial.

Con una animación 3D bastante apañada, la serie funciona por su logrado dinamismo, sentido del humor y presencia de los valores familiares. La narración está sembrada de guiños a títulos espaciales, los primeros compases remiten a las ciudades futuristas de Blade Runner, pero luego las referencias innegables son los títulos encuadrables en la “space opera”, la saga Star Wars y Guardianes de la galaxia. Por ejemplo hay un droide volador llamado KRX, o sea, Kris, igual que R2D2 podía leerse como Arturito. Los cazarrecompensas por supuesto remiten a Boba Fett y el mandaloriano, y el garito que sirve las mejores alitas de pollo de la galaxia y donde se juega, lleno de peculiares criaturas, es un guiño al saloon de La guerra de las galaxias.

Y jugar con la identidad secreta del progenitor es, claro está, un elemento típico de los cómics y filmes de superhéroes; con este elemento además podemos entender la separación de los padres, en este caso la conciliación familiar tiene un componente adicional de complicación.