The Walking Dead (10ª temporada) (2019), de Greg Nicotero

Ha pasado un año después de la masacre llevada a cabo por Alpha, al frente de Los Susurradores. Michonne insiste a los suyos que eviten adentrarse en los lugares donde éstos moran, para evitar que regresen y provoquen nuevas tragedias, pero aunque durante mucho tiempo no han dado señales de vida, aparecen signos de que podrían estar preparando algo, pues algunos de los supervivientes encuentran una de las pieles y una de las máscaras que sus adversarios utilizan. Como consecuencia, las distintas comunidades de humanos afrontan que deberían estar unidos. Mientras, un viejo satélite de la Unión Soviética cae a la Tierra, cerca de la frontera de Los Susurradores, provocando un aparatoso incendio.

Se confirma que Angela Kang, showrunner desde la temporada anterior, sabe sacar nuevos puntos de interés a la ficción, aunque los resultados no sean del todo redondos. Algunos momentos de esta tanda de capítulos propician la tensión que se espera, como el sitio de Alexandria, y se aprovecha el drama humano, pues más allá de los zombies, el espectador espera ver buenos personajes enfrentándose a conflictos de entidad.

Sin embargo, por culpa de la pandemia del coronavirus, el rodaje se tuvo que detener, dando fin a la temporada antes de tiempo, y después se decidió lanzar seis capítulos adicionales, que se hacen interminables. Convence Lauren Cohan como Maggie, y Jeffrey Dean Morgan, con la evolución de su Negan. No tanto los recién llegados Okea Eme-Akwari (como Elijan) y James Devoti (en la piel de Cole), ni Samantha Morton, que se despide de la saga, y está claro que se ha tomado la decisión porque su trabajo no acababa de funcionar.