Occidente (2019), de Jorge Acebo Canedo

H, director de cine que ha pasado mucho tiempo en el exilio, regresa a una ciudad industrial indeterminada, de la que escapó años atrás. Mientras toma unas imágenes de algunas personas de diversas edades que aceptan conversar con él, se decide a reencontrarse con Gloria, limpiadora humillada en su trabajo, aficionada a la pintura, a la que amó en el pasado. Tras pasar a buscarla a la salida del trabajo, tratará de convencerla para que huya con él.

Arriesgada ópera prima de Jorge Acebo Canedo, que habla del peligro de deshumanización que conlleva una sociedad corrupta y empobrecida, donde los valores están en crisis y cada vez se echan más en falta las muestras de afecto. Quedan pocas vías de escape, como el arte, representado por las imágenes que toma el protagonista con su cámara, y por las fotos de personalidades del cine. El film resulta un tanto pesimista, pues expone que el individuo lo tiene muy difícil para escoger la libertad, resistiéndose a contagiarse del desencanto dominante. Tienen cierta fuerza algunas de sus imágenes, sobre todo de edificios deshumanizados, y paisajes industriales.

Cuenta con intensos trabajos del veterano Francesc Garrido (Sé quién eres), de la debutante en el largometraje pero prometedora Paula Bertolín, y del prestigioso director teatral y actor Mario Gas. Por el contrario, otros actores, como el niño que cuenta la historia de las monedas al principio, resultan poco naturales. Aunque se vende como thriller, poco tiene que ver con este género, se acerca más al cine experimental. Además, tiene un tono pedante que alejará el film del grueso del público, un ritmo cansino, y las voces en off de los actores resultan agotadoras.