Scream VI (2023), de Matt Bettinelli-Olpin

Después de la matanza cometida en Woodsboro por Richi, su novio ataviado como el temible Ghostface, la joven Sam Carpenter se ha mudado a Nueva York con su hermana menor, Tara. Ambas viven en un piso compartido con compañeros con los que han llegado a formar una especie de familia, mientras que la mayor se ha fijado en un atractivo vecino. La tranquilidad se rompe cuando las chicas ven en las noticias que alguien con la máscara de Ghostface ha asesinado a una profesora de cine y a un estudiante, por lo que Sam decide que ha llegado la hora de poner pies en polvorosa.

Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, responsables de Noche de bodas, sustituyeron en 2022 al fallecido Wes Craven en la quinta entrega de la franquicia del asesino con máscara fantasmal, titulada simplemente Scream, como el original. No llegaron a la altura de los filmes originales, pero su propuesta dio dinero en las taquillas, por lo que se han apresurado a rodar la sexta en menos de un año, para aprovechar el tirón. James Vanderbilt y Guy Busick componen de nuevo el guión, mientras que el primer libretista, Kevin Williamson, permanece acreditado como productor ejecutivo, sin que en apariencia haya realizado contribuciones significativas.

Al haber estudiado al milímetro lo que se espera de la saga, los responsables de este título se esfuerzan por ofrecer secuencias de tensión como las de Craven. Algunas, como la que tiene lugar en el metro, una que involucra a una escalera, y el clímax final tenían posibilidades, pero no acaban de estar bien ejecutadas para que el respetable lo pase mal y sufra por los personajes. También se ofrecen más reflexiones metacinematográficas sobre el funcionamiento del cine de terror, pero éstas suenan a repetitivas, por lo que no logran el objetivo de hacer reír.

En cualquier caso, Bettinelli-Olpin y Gillet enganchan al público, al jugar como en cada nueva entrega al misterio con la identidad del asesino, o asesinos, pues por norma general en Scream suele haber más de uno. No es que el desenlace deje al público anonadado en su asiento, pero la cosa funciona más o menos. Se defiende la nueva protagonista Melissa Barrera, pero se desaprovecha a la actriz que da vida a su hermana, Jenna Ortega, de la que se espera más presencia tras haberse convertido en una estrella con la serie Miércoles, lo que los responsables de esta cinta no imaginaron. Tras la muerte del personaje de David Arquette en el episodio anterior, y la falta de acuerdo económico con Neve Campbell –a cuya Sidney Prescott se alude en una frase para explicar su destino– sólo queda del reparto antiguo Courteney Cox, que hace lo que puede aunque su personaje no tenga demasiada cancha.