La madre (2023), de Niki Caro

Una antigua francotiradora del ejército en Afganistán, y ahora dura asesina implacable, está negociando un acuerdo para entregar a sus antiguos compinches, traficantes de armas, con idea de entrar luego en el programa de protección de testigos. Pero tendrá que entregar a su hija recién nacida en adopción, sería demasiado peligroso quedársela tal y como se desarrollan los acontecimientos, aunque un agente del FBI al que salvó la vida le dará noticias de que está bien una vez al año. En su retiro en Alaska tendrá noticia 12 años después de que los traficantes tienen una foto de su hijita, y que podrían ir tras ella. Así que se pondrá en acción de nuevo, mientras afloran con intensidad, aunque intente encerrarlos dentro de sí, sus sentimientos maternales.

La neozelandesa Niki Caro, especializada en cine protagonizado por mujeres –Whale Rider, La casa de la esperanza, Mulán–, se pone al servicio de Jennifer Lopez, productora y protagonista de La madre, en una película de acción adrenalítica, donde le toca interpretar a un personaje dinámico, resolutivo, frío e implacable, pero también con su corazoncito. Está claro que la actriz cantante ha escogido la película –y no es la primera vez– para desencasillarse de los roles con los que más se la asocia en el cine, los de comedias románticas como las recientes Jefa por accidente, Cásate conmigo o Una boda explosiva. Y entre los guionistas se encuentra un habitual del cine de acción, Peter Craig, que ha imaginado escenas para realzar la idea de personaje central marcado por una vida dura, que va a recuperar la humanidad gracias a su maternidad.

Pero en fin, sobre todo el film, entretenido, está concebido como una montaña rusa de escenas de acción, ya sea con el secuestro en medio de Cincinatti, las persecuciones automovilísticas y en moto en Cuba, o la caza y las persecuciones en motonieve en Alaska, donde Lopez es la reina. Llama la atención que la violencia sea bastante gráfica, y que se desechen las zarandajas animalistas, incluso con discursos de JLo a su hijita sobre cómo es la naturaleza, con su lado salvaje y brutal.

Tiene algo de presencia el personaje de su hija, Lucy Paez, al desarrollarse el conflicto de alguien que adivina quién es la otra, y desea su reconocimiento. Pero claramente los villanos están muy desdibujados y son meros comparsas, verdaderamente los roles de Gael García Bernal y Joseph Fiennes podría haberlos asumido cualquier actor de serie B, y nadie habría echado de menos a los titulares. Más aceptables resultan Omari Hardwick y Paul Raci, el agente del FBI y el encubridor de Alaska.