Locke & Key (2ª temporada) (2021), de Mairzee Almas

En la primera temporada, los hermanos Kinsey, Tyler y Bode Locke se trasladaban con su madre, Nina, tras la muerte de su progenitor, a la mansión que este último poseía en el pequeño pueblo de Matheson. En el inmueble encontraban llaves con poderes especiales, que pretendía robarles Dodge, un temible demonio que adoptaba forma de mujer. Pensaban que habían acabado con esta entidad con ayuda de sus amiguetes, autodenominados ‘los Savinis’, pero en realidad había poseído a uno de los chicos del grupo, Gabe, el novio de Kinsey. Ahora, este último trata de enterarse de cómo se fabrican las llaves, tras aliarse con Eden, una chica en cuya mente se ha introducido otro diablo. Después de que ‘los Savinis’ estrenen en el cine del pueblo La salpicadura, película de serie B con efectos visuales increíbles (gracias a la ayuda de las llaves mágicas), empezarán a preparar la secuela, al tiempo que también buscarán un método para que de adultos no se olviden de los sucesos sobrenaturales vividos en su adolescencia, como parece haberles ocurrido a la madre y al tío de los Locke.

Sorprendía gratamente la primera tanda de capítulos de la adaptación de la novela gráfica creada por el dibujante Gabriel Rodríguez, y el guionista Joe Hill, imaginativo hijo de Stephen King. Sin embargo, los incondicionales del cómic se quejaban de que tenía un tono más familiar, suavizando los elementos más oscuros. Posiblemente les guste más la segunda entrega, donde se ha optado por una solución a lo Harry Potter, lo que quiere decir que no se abandona la pretensión de dirigirse a un público amplio –no sólo a los incondicionales del terror–, pero los personajes van madurando, y se ha utilizado un tono más adulto.

Quizás se echan de menos más llaves, y que la acción se detenga en mostrar lo que hacen (abrir una puerta a cualquier localización geográfica, entrar en la mente de alguien como si fuera un lugar físico, arreglar objetos rotos, etc.), pues esto dio lugar en el pasado a las escenas más mágicas. En su lugar, se ha introducido más acción y suspense, a ritmo desenfrenado. Nadie quedará descontento, y el desenlace deja con las ganas de más. Los jóvenes protagonistas, Emilia Jones (Kinsey), Connor Jessup (Tyler) y sobre todo el pequeño Jackson Robert Scott (Bode), mejoran su trabajo anterior, al haber acumulado más experiencia, se incorpora Brendan Hines (Scandal), como profesor, y del resto del reparto sólo cabe reprochar que a Griffin Gluck (Gabe) le viene grande haber pasado de secundario a villano principal, se echa de menos un actor más hábil. Los apasionados del terror y el fantástico disfrutaran de que se siguen haciendo numerosas referencias para entendidos, a Goblin –el grupo de las bandas sonoras de Dario Argento–, al realizador John Carpenter, etc.