Slow Horses (2ª temporada) (2022), de Jeremy Lovering

Segunda tanda compuesta por seis episodios, de la serie de espías inspirada por las novelas de Mick Herron y guionizada por Will Smith, que sigue al grupo de agentes del MI6 caídos en desgracia que van a parar a la sección denominada La Ciénaga, liderada por Jackson Lamb, y donde en principio se encuentran relegados al más absoluto de los ostracismos, con tareas de poca monta, aunque por supuesto finalmente les acaba tocando algún caso de cierta enjundia, porque así es el mundo del espionaje y las falsas identidades. Para vertebrar la trama se ha optado por recurrir a lo podríamos denominar Segunda Guerra Fría, con misteriosa trama rusa que conecta con el modo de actuar del KGB en el pasado.

En esta ocasión la narración arranca con la muerte de Dickie Bow, un espía jubilado, cuyo cadáver aparece en un autobús, todo apunta a que ha sufrido un infarto, aunque en realidad seguía a un tipo que tenía que ver con sus tareas del pasado, en su móvil dejó escrita en una nota la palabra “cigarra”, término con el que se designaba a los agentes rusos “dormidos”, hasta que se les despertaba para la acción, y cuya existencia ha estado siempre rodeada de un aura legendario. Las indagaciones varias, y el estudio de las imágenes de las cámaras que muestran sus últimos movimientos por Ho y Shirley, dos informáticos asignados a La Ciénaga, arrojan la sombra de una duda en el desastrado jefe Lamb, y en el agente River Cartwright, que está buscando trabajo en el sector privado; podría tratarse de un asesinato disfrazado de fulminante ataque al corazón. Además Min y Louisa, que tratan de huir de la rutina “cenagosa”, han logrado que Webb les asigne la seguridad de un encuentro de éste con un enlace al opositor ruso y oligarca Ilya Nevsky.

Jeremy Lovering se ha encargado de la dirección de todos los episodios de esta segunda temporada, y sabe imprimirles buen ritmo, combinando bien la intriga con el desarrollo de personajes con punto de humor socarrón, que presentan el elemento característico de “apestados” y que tratan de desprenderse de tal etiqueta a toda costa. Tras la primera temporada muchos personajes son ya conocidos, lo que permite que todo discurra con mayor soltura, y jugar enseguida con sus caracteres, con rasgos que combinan cinismo, excentricidad, ambición, etcétera, donde se advierte que hay mucho de pose, y a veces se detecta más humanidad de lo que se vislumbra a simple vista. Sobre todo se juega al contraste entre el veterano Lamb de vuelta de todo, con el que Gary Oldman se siente completamente en su salsa, y el jovenzuelo que va endureciéndose y al que interpreta Jack Lowden.