Óscar Araujo

Durante los años de la dictadura argentina, desde 1976-1983, miles de personas contrarias al régimen fueron asesinadas y torturadas en secreto por representantes del gobierno, en una de las mayores atrocidades contra civiles cometidas en los últimos tiempos del siglo XX. Las víctimas fueron llamados "Desaparecidos", pues jamás se encontraron sus cuerpos. El director Paco Cabezas se refiere a esta horrenda realidad para entregar un film de terror, cuyo título juega, por una parte, con la referencia a aquellos sucios hechos políticos y, por otra, a la atmósfera fantasmagórica de su película. Dos hermanos, Malena y Pablo, llegan a Argentina procedentes de Barcelona, con el objetivo de firmar los papeles de defunción de su padre, clínicamente muerto pero aún conectado a las máquinas del hospital. Sin embargo, cuando llegan allí Pablo, que no conoció a su padre, desea saber algo más de él y desoyendo la opinión de su hermana, la empuja para que viajen hacia el sur en el cohe de su padre, hacia el lugar en donde vivió la familia cuando eran pequeños. A partir de aquí, el guión sigue los hechos recogidos en un macabro diario encontrado en el vehículo: la captura, tortura y muerte de una familia. El crimen se repite una y otra vez, y Pablo piensa que puede intervenir en el pasado y salvar a esas personas. Paco Cabezas imprime una ambientación excelente a la película, con una cuidada fotografía y una música de altura, tanto que incluso la partitura de Óscar Araujo no parece muy acorde con el género del film. Hay momentos aislados logrados y algunas imágenes muy impactantes, como la muerte de la niña en el bar, de ejecución magnífica. Sin embargo, el guión es un absoluto disparate y el afán de denuncia política del film resta mucha fuerza a la historia, que guarda ciertas similitudes con El diablo sobre ruedas y otras películas de muertos que buscan justicia (The Messengers, Premonición, etc. ). Además, Cabezas se deja llevar por burdos lugares comunes cuando el sanguinario asesino habla de religión, Dios e Iglesia, o cuando mete con calzador el relato de un personaje que sufrió las torturas de la dictadura. Esto va degradando el intrigante comienzo hasta un más o menos original thriller político de aires fantásticos. Por lo demás, aunque la dirección de actores es por momentos desconcertante, pues sobre todo algunas reacciones del hermano resultan poco creíbles, los actores Javier Pereira (Heroína) y Ruth Díaz (El ciclo Dreyer) hacen un esforzado trabajo.

El joven Gisaku ayuda a Yohei, un samurái, en una complicada misión. Se trata de encontrar los fragmentos de una llave que abre un portal hacia una demoníaca dimensión. El malvado Gorkan trata de conseguir los trozos antes que ellos para traer demonios a la Tierra y sembrar el caos. La más cuidada producción española reciente de animación, que imita al milímetro el manga japonés. El guión es ameno, y promociona con enorme simpatía a España como país moderno.

La época de la Reconquista. El joven Rodrigo Díaz de Vivar, hijo de un noble burgalés, recibe educación en la corte, donde se hace íntimo amigo de Sancho, el primogénito del rey. También visita de forma furtiva a su amada, Gimena, hija del Conde de Gormaz, que no ve con buenos ojos la relación. Tras la muerte del rey Fernando, Sancho es asesinado, el infante Alfonso es coronado y Rodrigo Díaz de Vivar enviado al exilio. Alejado de su hogar, Rodrigo recibe la inesperada ayuda del príncipe Al-Mutamin, y al mando de unos pocos hombres se enfrenta al temible árabe Ben Yussuff, empeñado en recuperar para los árabes toda la Península. Aunque España fue el primer país europeo en producir un largometraje de dibujos animados, Garbancito de la Mancha, durante muchos años este género apenas se producía en el interior de nuestras fronteras, a pesar del prestigio de nuestros animadores. Ahora, parece que vuelve a resurgir la animación, con títulos como Los reyes magos, coproducido con Francia, y esta producción enteramente española, capaz de competir con las carísimas cintas de Hollywood. Versiona libremente los hechos históricos, y como su mismo título indica, se basa más en la leyenda que en el personaje real, además de las numerosas licencias artísticas que se ha tomado el debutante realizador y guionista José Pozo. Como es habitual en el género animado, sobre todo en las cintas de Disney, le cede gran parte del protagonismo a dos animales, Babieca, el célebre caballo del Cid, y un tejón, que son los que aportan los toques de humor. El estilo de la animación intenta ser muy original, con personajes de cuerpos y extremidades voluminosos y cabezas pequeñas.