Rabbit Hole (2023), de Glenn Ficarra

Intrigante serie conspiranoica creada por Glenn Ficarra y John Requa, guionistas de películas como Phillip Morris ¡te quiero! y Focus, y que en el negociado seriado han dirigido capítulos de la popular This Is Us. Logran captar el interés del espectador con una trama que juega ha tener al espectador desconcertado, pero no tanto como para que considere que le toman el pelo e interrumpa el visionado. Ayuda para ello contar como protagonista con un actor como Kiefer Sutherland, que ha ejercido antes con eficacia el papel principal en series tan adrenalíticas y emocionantes como 24, el célebra agente antiterrorista Jack Bauer, y Sucesor designado, donde se convierte en presidente de los Estados Unidos tras un atentado terrorista.

El arranque no puede ser más intrigante. Tenemos a John Weir, que acuda a un confesonario, no tanto buscando la absolución de sus pecados, como con el deseo de contar a alguien que no puede revelar lo escuchado todo lo que le está ocurriendo, una situación delirante donde no es capaz ya de distinguir lo que es real de lo que no.

De modo que nos retrotraemos a su trabajo como embaucador en operaciones bursátiles en Nueva York, con su equipo se las arregla para engañar a poderosos accionistas para jugar con la volatilidad de los valores bursátiles y servir a otros poderosos que le pagan bien. Así lo hace por petición de un cliente habitual, Valence, obteniendo fotos de una empresaria y un inspector tributario juntos, que sugieren lo que no es verdad. La agente del FBI Madi le sigue de cerca, pero todo se embrolla cuando el inspector aparece muerto, los socios de Weir mueren en una explosión de gas, y la mujer con la que se ha acostado una noche, Hailey, proclama su inocencia, aunque todo apunta en otra dirección. Weir se convierte en objetivo policial mediático, pero todo es una completa locura, y se diría que lo que le ocurre está conectado con su pasado, cuando su padre se quitó la vida.

Quizá lo que más sorprende de los dos primeros capítulos emitidos cuando se escriben estas líneas, es lo alambicado de la trama, y cómo a pesar de todo las piezas encajan lo suficiente para que uno siga enganchado. La serie rompe el saque todo el tiempo, y tiene un ritmo trepidante, con escenas de persecución y explosiones en Nueva York muy impactantes.