Antón García Abril

Nacido el 19 de mayo, de 1933, el turolense Antón García Abril aprendió solfeo, gracias a su padre, músico de una banda. "Cuando me compraron un piano, descubrí otro mundo". Inició sus estudios en el conservatorio de Valencia y a los veinte años se fue a continuar su formación en el de Madrid. Allí se forma con grandes maestros, como Julio Gómez y Jesús Guridi, y tiene como compañeros de generación a otros relevantes músicos, como Carmelo Bernaola, Cristóbal Halffter o Luis de Pablo.

Defensor de la melodía –contra la opinión de otros creadores de su época–, e inspirado en la música popular, comenzó en el cine en 1956, creando la partitura de Torrepartida, drama bélico dirigido por Pedro Lazaga. Desde ese momento, no paró de poner música a películas de todos los géneros, sobre todo en la comedia (Sor Citroen, Abuelo Made in Spain, La ciudad no es para mí, ¡Vente a Alemania, Pepe!, todas ellas de nuevo de Lazaga), pero también en el documental (Franco, ese hombre), el western (Adiós, Texas), el terror (La noche de Walpurgis Doctor Jekyll y el hombre lobo, ambas protagonizadas por Paul Naschy) y el drama (La colmena, Los santos inocentes). Aparte, Antón García Abril compone algunas de las bandas sonoras más recordadas de la historia de la televisión española, como El hombre y la Tierra, Curro Jiménez, Anillos de oro, Segunda enseñanza, y sobre todo El hombre y la tierra, su obra quizás más recordada. “Fueron siete años de trabajo codo con codo con Félix Rodríguez de la Fuente, donde intenté por todos los medios intentar dar vida a cada uno de los animales que aparecían”, rememoraba. "El motivo es que no es lo mismo ver nacer a un cervatillo que a un lobo que está atacando a una oveja”. 

Pese a prodigarse durante muchos años, a partir de los 90, Antón García Abril apenas se dedica al audiovisual. "Llegó un momento en que quizá los directores pensaron que mi música no era adecuada para el cine que estaban haciendo. Y tampoco yo me veía bien en esas películas, así que el cine me dejó y yo lo dejé. Fue una historia de amor que terminó, y ya está", recordaba. "Recibí alguna invitación para ir a Hollywood, pero tenía cuatro hijos en una edad en la que aún me necesitaban y yo siempre he estado muy apegado a mi tierra. Renuncié a ir". Su obra se extiende a la ópera, composiciones para orquesta, cantatas, conciertos, música de cámara y ciclos de canciones inspirados en los poetas españoles más importantes.

Consideraba su obra maestra "Divinas palabras", ópera basada en la obra teatral de Ramón María del Valle-Inclán, con la que se reabrió el Teatro Real de Madrid y en la que participó el tenor aragonés Santiago Sánchez Jericó junto a Plácido Domingo. "Ahí quedó todo. No salgo de mi asombro de que no se haya vuelto a hacer, aunque fuera en una producción más modesta. Eso me produce mucha tristeza", se lamentaba en una entrevista.

Entre 1974 y 2003, Antón García Abril  fue catedrático de Composición y Formas Musicales del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid. En 1982 fue elegido miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y en 2008 fue nombrado miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Asimismo, es Presidente de Honor de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, de Zaragoza. Obtuvo el Premio Nacional de Música de España y en 2006 el VII Premio Iberoamericano de la Música Tomás Luis de Victoria, considerado el equivalente al Cervantes de la música clásica.

Establecido en Madrid, regresaba a Aragón siempre que tenía oportunidad. En 1988 Cortes regionales le eligieron para componer la música del himno oficial de Aragón, con letra de los poetas Ildefonso Manuel Gil, Ángel Guinda, Rosendo Tello y Manuel Vilas. Sus "Cantos de pleamar" fueron elegidos para inaugurar el Auditorio de Zaragoza en 1994.