Juego sucio (2002) (2002), de Wai Keung Lau

Apasionante thriller ‘made in Hong Kong’. Cuenta cómo un veterano policía lleva diez años infiltrado en el mundo de las tríadas chinas con el fin de intentar desarticularlas. Pero después de ese tiempo se va a llevar la amarga sorpresa de que en el departamento de policía hay también un gángster, que ejerce de topo para las tríadas. El telón de fondo de esta enrevesada situación lo constituye el conflicto de una doble obediencia, al supuesto jefe y al auténtico. Con la dificultad de que el poli que está con los gangsters se acostumbra a su vida de maleante, mientras que el otro empieza a cogerle gustillo a eso de estar al servicio de la ley.

Con estos ingeniosos mimbres, los directores Wai Keung Lau y Siu Fai Mak, que también responden a los nombres occidentalizados de Andrew Lau y Alan Mak, entregan el que es quizá el mejor thriller hasta la fecha del tercer milenio, y que dibuja a la perfección la situación esquizofrénica que viven policía y mafioso. Su rivalidad recuerda ligeramente a la que mantienen Al Pacino y Robert De Niro en Heat, y el juego en que uno y otro se están pisando los talones, que tiene su correspondencia en sus superiores jerárquicos, conforman una historia poderosa y trepidante, que nos lleva de sorpresa en sorpresa.