
Costa-Gavras
90 añosPremios: 1 Oscar (más 3 premios y 2 nominaciones) Ver más
Retrato del cineasta militante
Constantin Costa-Gavras fue el gran “cabeza de fila” del cine político europeo post-nuevas olas.
Realizador greco-francés, nacido en Atenas el 12 de febrero de 1933 e hijo de un funcionario del Gobierno griego, estudió Derecho y se licenció en Letras por la parisina Universidad de la Sorbona. Después de cursar Cine en el IDHEC de París, trabajó como ayudante de Yves Allegret, René Clair, Jacques Demy, René Clément y Henri Verneuil. Fue nombrado presidente de la Cinémathèque Française.
Debutó como director en 1965 con Los raíles del crimen, un clásico polícíaco que aún evidenció escasa originalidad, pero en el que consigue reunir a los que serían sus colaboradores habituales: el actor y cantante Yves Montand y la actriz Simone Signoret.
Dos años más tarde, Costa-Gavras tocó el tema de la Resistencia francesa con Sobra un hombre, dando a luz seguidamente a su primer thriller político, el mítico Z (1969). Film basado en el best-seller de Vassili Vassilikos, relata el conflicto ocasionado por el asesinato de un líder pacifista. Con esta importante denuncia a la dictadura militar “de los coroneles” griegos -obtuvo el Oscar de Hollywood a la mejor cinta extranjera- continuaría su estrecha unión con el referido Yves Montand. Y juntos iniciaron una especie de “cruzada” ideológica, en la que colaborarían también los escritores marxistas Jorge Semprún y Franco Salinas, realizando filmes tan significativos como La confesión, sobre los célebres procesos de Praga, según el relato autobiográfico de Artur London; Estado de sitio, acerca de la misión de un agente de la CIA en Uruguay; Sección especial, una crónica judicial de la Francia ocupada por los nazis, ya sin Montand; Desaparecido (Oscar de Hollywood al mejor guión), en torno a la desaparición de un periodista americano en Chile tras el golpe de Estado del general Pinochet; y su obra maestra La caja de música (1989), que cuenta la vida de un antiguo nazi húngaro refugiado en los Estados Unidos.
El estilo fílmico-narrativo de Costa-Gavras es de notable brillantez formal, no exento de suspense y cierto tono de investigación policíaca. Además de la contundencia ideológica de su cine de claro “compromiso” de izquierda, evidencia un maniqueísmo simplista, que le resta rigor al relato e incide en la demagogia (el citado Desaparecido, o Amén, por ejemplo), pero sin dejar de tener cierto fondo de verdad. Acusado de superficial y de ahogar el contenido político en lo espectacular o de buscar el éxito comercial, la premiada obra de este realizador mueve a la reflexión del espectador, aunque más por la vía emotiva que a nivel intelectual: “Estoy convencido de que toda película debe ser leíble para la mayor parte del público. Por ello hay que subrayar las partes de acción y las partes líricas”, dijo Costa-Gavras.
Este polémico cineasta es un idealista y defensor de la justicia social, e incansable luchador por las libertades públicas, y ha manifestado su condición de eurocomunista con una frase que recuerda a Antonio Gramsci: “Es difícil no estar comprometido. Incluso aquellos que pretenden no estar ‘engagés’ lo están de algún modo, porque dejan hacer”.
Sus más recientes películas “militantes” -La petite apocalypse, una sátira sobre los ex intelectuales de Mayo del 68, inspirada en el libro homónimo del polaco Tadeusz Konwicki; Mad City, denuncia en torno a la manipulación de la TV, rodada en Hollywood con Dustin Hoffman y John Travolta como protagonistas; Arcadia, un drama sobre los conflictos laborales, según la novela de Donald Westlaker; o Amén, basada en la discutida y hoy desautorizada pieza teatral de Rolf Hotchhut “El Vicario”- confirman al veterano Costa-Gavras como el pionero de aquel cine político que hiciera furor en la década de los setenta, pero que actualmente resulta un tanto trasnochado.
Premios
Ganador de 1 premio
- Guión adaptado Desaparecido
Ganador de 1 premio
- Palma de Oro Desaparecido
Ganador de 1 premio
- Oso de Oro La caja de música