
Federico Fellini
73 años ()Premios: 4 Oscar (más 3 premios y 12 nominaciones) Ver más
El artista inimitable
Este maestro del cine italiano es estimado también como uno de los genios del cine contemporáneo. Fue un artista inimitable, Federico Fellini es poseedor de una obra tremendamente original y un tanto autobiográfica.
Federico Fellini (Rímini, 20 de enero de 1920 - Roma, 31 de octubre de 1993) comenzó como periodista y era autor de canciones y caricaturista. Guionista y ayudante de dirección, se incorporó al cine en 1942, contribuyendo también al nacimiento del movimiento neorrealista junto a Roberto Rossellini, con quien colaboró en los guiones de Roma, ciudad abierta y Paisà; pero manteniendo una personalidad propia y sin perder el estilo poético que le ha significado como autor. Este hecho se evidencia en La Strada (1954) y Las noches de Cabiria (1957), interpretadas por su esposa, la gran actriz Giulietta Masina.
Fellini, cultivador del arte por el arte, se expresaba con un lirismo algo desmesurado que se convertió en una admirable simbiosis entre la fantasía y la realidad subjetivadas. Sagaz ilustrador del espíritu humano, con sus valores y sus miserias, el célebre realizador italiano construye retratos anímico-sociales impresionantes (Los inútiles, La dolce vita). Sus frescos desbordantes, a pesar de los excesos decadentes de dudoso gusto y toques anticlericales (Roma (1972), La ciudad de las mujeres), poseen cierto carácter moralizante e intelectual en torno a la condición de la Humanidad y su caótico futuro (Satyricon).
Federico Fellini se sirvió de una estética singular, que tenía como base más la intuición poética que una técnica cinematográfica perfectamente medida. De ahí que su cine fuera más vitalista que racional (Fellini 8 y 1/2, Amarcord), con una fuerte tendencia al surrealismo. Estuvo también influido por la concepción del espectáculo circense, que evocaría perfectamente en su obra maestra para TV: Los clowns (1970), que se estrenaría también en la pantalla grande. A este propósito, manifestó: “Mi cine le debe mucho al mundo del circo. Los payasos han sido para mí los embajadores de mi vocación de hombre del espectáculo”.
No obstante, su forma metafórica contiene un estilo barroco (Giulietta de los espíritus, Casanova de Fellini) que, en ocasiones, estalla en la orgía intimista, o en las grandes escenas multitudinarias: las fiestas, los desfiles, el circo, las procesiones o las bacanales... Es aquí donde se aprecia realmente la maestría creadora de Fellini como dominador del montaje y de la concepción global de las secuencias; aunque no como narrador en el sentido tradicional, sino con un carrusel de imágenes que exteriorizan sus interiores. Y es que posiblemente su punto de partida estaba más cerca de la vida-que-pasa, con su multiplicidad caótica e indefinible, que de la idea o la pura imagen. Por eso, tomando pie en lo concreto, levantaba su fábula crítica por medio de un lirismo muy personal (Y la nave va, La voz de la luna) que no ahorraba, a veces, cierta fealdad.
De tendencia agnóstica y de formación católica, Fellini fue tachado de revolucionario y criptomarxista; también había declarado: “Mis películas giran en torno al amor al prójimo. Muestran un mundo sin amor –gentes que explotan a los demás– en el que un ser insignificante quiere aportar amor y vive de amor”. Idealismo que nunca excluyó la crítica social, y que con el tiempo se volvió algo escéptico y grandilocuente.
Es obvio, pues, que entre la vida y la obra de Federico Fellini hay una enorme compenetración. Incluso se ha dicho que cada cinta constituye su vivir presente, preocupado por el envejecimiento y la muerte. Por esta razón su obra era profundamente autobiográfica, una necesidad vital de expresar su universo interior. Construyó, con un equipo de excelentes colaboradores y en los estudios romanos de Cinecittà, enormes platós, de gran riqueza de colorido, imaginación y expresividad. Asimismo, Nino Rota imprimió brillantez a la insólita obra felliniana con su inolvidable música.
Fellini fue un creador onírico y visionario, reiterativo y un tanto narcisista, ya que incluía a veces su propio nombre en el título de los filmes, y que cada día sufrió más dificultades para seguir trabajando, debido a la falta de financiación para sus ambiciosos proyectos.
Premios
Nominado a 1 premio
- Guión adaptado Casanova de Fellini
Nominado a 2 premios
- Dirección Fellini 8 y 1/2
- Guión original Fellini 8 y 1/2
Nominado a 2 premios
- Dirección La dolce vita
- Guión original La dolce vita
Ganador de 1 premio
- Película en lengua extranjera Las noches de Cabiria
Nominado a 1 premio
- Guión original Los inútiles
Ganador de 1 premio
- Película en lengua extranjera La strada
Nominado a 1 premio
- Guión original La strada
Nominado a 1 premio
- Guión adaptado Roma, ciudad abierta
Ganador de 1 premio
- Palma de Oro La dolce vita
Ganador de 1 premio
- León de Plata al mejor director La strada
Ganador de 1 premio
- León de Plata al mejor director Los inútiles