Se acaban de proyectar en el Festival de Cine de Venecia “The Palace”, de Roman Polanski, y "Ferrari", de Michael Mann, que han sido defenestradas por la crítica.
Lo mismo le puede ocurrir a otro gran veterano, Woody Allen, que ha llevado al certamen Golpe de Suerte, rodada en Francia. “Se tenían que haber retirado a tiempo”, ha sido la frase más recurrida. Hace tiempo, Quentin Tarantino afirmó que se jubilaría tras su décimo trabajo, porque “las últimas películas de la mayoría de directores son rajadamente patéticas”.
Aunque existen casos significativos como Resultado final, espantoso canto del cisne de Juan Antonio Bardem, París Tombuctú, temible despedida del gran Luis García Berlanga, y los últimos trabajos de Francis Ford Coppola dejan que desear (veremos Megalópolis, pero temo lo peor), no estoy nada de acuerdo con esta injusta generalización. Grandes veteranos han entregado títulos bastante interesantes al despedirse del cine, algunos a edad bastante avanzada. De ahí que haya decidido recopilar las 10 mejores despedidas del cine de los mejores directores. ¡Piénsatelo mejor, Quentin!
1. Dublineses, de John Huston (tenía 81 años cuando la rodó). Uno de los grandes realizadores del cine clásico se despidió con una reflexión melancólica sobre la fugacidad de la vida, el pasado y el primer amor. Adapta impecablemente "Los muertos", relato del libro "Dublineses", del irlandés James Joyce.
2. Érase una vez en América, de Sergio Leone (tenía 55 años). El maestro del spaghetti western cerró su carrera con una épica decididamente diferente a sus otras películas. Aunque invirtió más de una década en sacar el proyecto adelante, y el proyecto le obligó a hacer muchas modificaciones, se trata de un espectáculo gigantesco, donde el italiano demuestra lo que hizo que su estilo fuera tan único, pero añadiendo una enorme madurez.
3. Tabú, de F.W. Murnau (tenía 33 años). Tras el fracaso de su magistral Amanecer –su debut en Hollywood–, el alemán viajó a Bora Bora para filmar la que terminaría siendo su último film. Rodada en un estilo cercano al documental, con actores no profesionales y técnicas de filmación poco convencionales, tiene un tono único y muy diferente a su obra anterior, por lo que se la considera una de las primeras grandes películas de aventuras.
4. 7 mujeres, de John Ford (tenía 71 años). El maestro cerró su maravillosa filmografía con un excelente trabajo, no del todo comprendido por la crítica, que lo tachó de enfático y previsible. En realidad se trata de una obra muy personal del cineasta, donde logra que nos interesen todos los personajes. Se abordan temas como el del sacrificio, y las ideas distintas que se pueden tener acerca de lo correcto, el espíritu sopla donde quiere y tal. Desde luego, resulta un film atípico en Ford, que nunca dio papeles principales a tantas actrices, entre las que destaca Anne Bancroft.
5. Sacrificio, de Andrei Tarkovsky (tenía 54 años). El realizador ruso ya estaba muy enfermo de cáncer terminal cuando rodó esta auténtica obra maestra del cine contemplativo, en torno a un veterano ex actor y profesor de crítica de Arte recluido en una isla que en el día de su cumpleaños se entera de que está a punto de estallar una guerra nuclear.
6. La trama, de Alfred Hitchcock (tenía 77 años). Quizás esté alejada de sus grandes obras maestras, pero su despedida cinematográfica tiene grandes hallazgos, resulta bastante amena e incluye geniales golpes de humor negro. Además, cuenta con buenas interpretaciones de Karen Black, Bruce Dern y Barbara Harris.
7. Antes que el diablo sepa que has muerto, de Sidney Lumet (tenía 83 años). Más conocido por sus películas de los 70, se despidió con un impactante thriller, protagonizado por personajes sólidos, bien interpretados por actorazos como Philip Seymour Hoffman, Ethan Hawke, y Albert Finney. Quien no estuvo a la altura fue el traductor del título al español, que debería haber puesto “Antes de que”… pero eso es otra historia.
8. Imitación a la vida, de Douglas Sirk (tenía 62 años). El maestro del melodrama dijo adiós (después regresó a Europa para supervisar el rodaje de cortos) con un intenso y acertado culebrón –adaptación de una novela de Fannie Hurst, que ya había dado lugar a un magistral título de John M. Stahl–, donde denuncia la discriminacíon racial, con memorables trabajos de Lana Turner y John Gavin. Como en el caso anterior, un cero al que responsable de “imitación a”.
9. Río Lobo, de Howard Hawks (tenía 74 años). El clásico cineasta se marchó con otro de sus amenos westerns, para el que contó nuevamente con John Wayne, en la piel del coronel Cord McNally, que terminada la Guerra de Secesión se traslada al pueblo al que alude el título para vengarse de los traidores que provocaron la muerte de su mejor amigo. Cuenta con una gloriosa banda sonora firmada por Jerry Goldsmith.
10. El sabor del sake, de Yasujiro Ozu (tenia 59 años). Me apasiona la despedida del japonés, que habla del infierno del alcoholismo, problema que él mismo había sufrido. No tiene nada que envidiar a sus grandes títulos.