
Valeria Bruni Tedeschi
58 añosLa rubia polifacética
Sus profundos ojos azules llenan la pantalla. Aunque durante unos años se ha hablado de la cuñada de Nicolas Sarkozy más por su polémico comportamiento que por razones estrictamente cinematográficas, Valeria Bruni Tedeschi ha llamado la atención como actriz y realizadora con talento.
Nacida en Turín, el 16 de noviembre de 1964, en el seno de una familia acomodada, Valeria Bruni Tedeschi es la hermana mayor de la modelo y ex Primera Dama de Francia Carla Bruni. Tenían otro hermano, Virginio, fallecido de cáncer en 2006. Su padre, Alberto Bruni, fue un reconocido pianista y compositor de música clásica, heredero de una empresa millonaria de neumáticos. Éste solía relacionarse con distinguidos representantes de la Cultura, como el cineasta Luchino Visconti, que acudía con frecuencia a las fiestas que organizaba en su castillo, lleno de pinturas y antigüedades. "Recuerdo a mi padre diciéndonos que no dañáramos las obras de arte", recordaba Carla Bruni. "Nada de tenis en el salón".
Cuando en los años 70 las Brigadas Rojas causaron una oleada de auténtico terror en Italia, amenazando con secuestrar a miembros de la alta burguesía italiana, el clan tuvo que dejar el país para instalarse en París.
Valeria estudió Arte Dramático en la Ecole des Amandiers, de Nanterre, donde tuvo como profesor al prestigioso cineasta Patrice Chéreau. Éste le brindó su primer papel importante en el cine, como protagonista femenina de Hôtel de France, en cuyo reparto también figuraban otros compañeros de la escuela. Chereau volvería a recuperarla en dos películas muy dispares, la histórica La reina Margot y el drama Los que me quieren cogerán el tren.
Fue la esposa de un periodista en la pretenciosa El hombre que perdió su sombra, de Alain Tanner, donde estaba acompañada por los españoles Francisco Rabal y Ángela Molina. El veterano Claude Chabrol la reclutó para interpretar a una agente de policía, en En el corazón de la mentira, e intervino en dos filmes sobre crisis de parejas, 5x2, de François Ozon, y Un couple parfait, de Nobuhiro Suwa. Incluso el mismísimo Steven Spielberg se interesó por ella, para darle un pequeño papel en Munich.
Valeria Bruni Tedeschi debutó como realizadora con Es más fácil para un camello..., aceptable melodrama en el que también interpreta a la protagonista, una mujer de clase alta con problemas vitales con su novio. El film no sólo está lleno de elementos autobiográficos, sino que la propia realizadora parece estar interpretándose a sí misma, mientras que su madre, Marisa Bruni Tedeschi, también asume este rol en la ficción. Unos años más tarde ha dirigido Actrices (2007) –sobre una intérprete de los años 40 que prepara el estreno de una obra de teatro– y Un château en Italie, de nuevo con su progenitora e inspiradas por sus propios recuerdos.
Ha sido más discreta con su vida privada que su hermana Carla, aunque ha tenido multitud de romances, al igual que ella. Parecía haber encontrado cierta estabilidad con el actor Louis Garrel (protagonista de Soñadores, de Bernardo Bertolucci) con el que Valeria Bruni Tedeschi adoptó a Celine, una niña africana, pero finalmente rompió con él en 2012. Cuando Carla se casó con Nicolas Sarkozy, presidente de Francia, Valeria no paró de meter en líos a su cuñado, sobre todo con la polvareda que ocasionó la actriz cuando decidió visitar a Marina Petrella, antigua terrorista de las Brigadas Rojas, que se encontraba en huelga de hambre, lo que generó un enorme revuelo en Francia.