
Conrado San Martín
98 años ()Galán del cine español
Actor de altura, de 1,85 metros de estatura, fue uno de los grandes galanes del cine español en los años 40, cuando estuvo presente en grandes éxitos como “Los últimos de Filipinas” y “Locura de amor”, y encabezó el reparto de la película más representativa del policiaco barcelonés, “Apartado de correos 1001”. Podía presumir de haber estado en producciones internacionales y siguió trabajando cuando ya tenía una respetable edad. Conrado San Martín falleció el 24 de abril de 2019 a los 98 años en Madrid.
Nacido el 20 de febrero de 1921, en Higuera de las Dueñas, un pueblecito de Ávila, Conrado San Martín Prieto iba para ingeniero agrícola, pero le impidió estudiar el estallido de la Guerra Civil. Al término de la contienda hizo sus pinitos como boxeador, pero se decantó por la interpretación tras ser reclutado como extra para el primer western español, Oro vil, dirigido en 1941 por Eduardo García Maroto, que le rescató del ring porque necesitaba a alguien que supiera dar puñetazos.
“Coincidía con este director en el gimnasio en el que entrenaba”, recordaba Conrado San Martín en una entrevista. “Me pagaron cinco duros diarios, que por entonces era una fortuna, y la habitación del hotel, por lo que me entró el gusanillo de quedarme en el mundillo”. Inició una carrera compuesta por medio centenar de títulos, como El fantasma y Doña Juanita (1944), de Rafael Gil, Los últimos de Filipinas (1945), de Antonio Román, La princesa de los ursinos (1947), de Luis Lucia, y La Lola se va a los puertos (1947) y Locura de amor (1948), ambas de Juan de Orduña.
Tras dar vida a Miguel, agente de la Brigada Criminal que investiga un crimen, en Apartado de correos 1001, de 1950, se especializa durante un tiempo en el thriller, en títulos como Relato policiaco, Contrabando o Brigada criminal. Los apasionados del fantaterror le tienen en un altar, por sus papeles en Gritos en la noche y La muerte silba un blues, de Jesús Franco, y La bestia y la espada mágica, de Paul Naschy.
“A finales de los 50 estaba lleno de sueños”, recordaba. “Sobre todo estaba obsesionado con haber interpretado al Cid Campeador. Creo que habría dado la talla. Pero, chico, trajeron a uno de América”. Casado con Olga Quiles desde 1955, Conrado San Martín fue padre de cinco hijos, y alardeaba de su afición a la caza, por lo que hoy en día los de PACMA se le hubieran echado encima.
El actor también se coló en producciones internacionales, por ejemplo en péplums rodados en España, como Las legiones de Cleopatra y El coloso de Rodas, de un joven Sergio Leone, que después cuando estaba en lo más alto se acordó de él para interpretar a un lugareño, en Hasta que llegó su hora, y un conductor de diligencias, en Agáchate, maldito, de 1968. Al año siguiente, cuando rodaba Simón Bolívar, sufrió un terrible accidente al resbalar su caballo, lo que le causó una importante fractura en la columna vertebral. Esto le obligó a a mantenerse un tiempo apartado de los platós, y a concentrarse en las tiendas de construcción que había montado, y en su empresa de construcción (fue uno de los impulsores de Puerto Banús).
En los 80 triunfó, como abogado defensor en la exitosa miniserie Proceso a Mariana Pineda, obispo en Réquiem por un campesino español, inquisidor en Extramuros, y coronel en Dragón Rapide. En los 90 apareció en series como Los ladrones van a la oficina, La Regenta y Hermanos de leche. En 2000 interpretó a un ladrón en Maestros, de Óscar del Caz. Se despidió del cine a las órdenes de Víctor Matellano en Vampyres, de 2015. Para entonces había obtenido en 1997 el Fotogramas de Oro al conjunto de su carrera, y en 2003 la Medalla de Oro de las Bellas Artes y el Premio Honorífico del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC).
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