Biografía de John Boyega (1992)

Nacido en Peckham, barrio del sur londinense, el 17 de marzo de 1992, John Adedayo B. Adegboyega (su nombre completo) procede de una familia de inmigrantes nigerianos. Su padre, predicador evangélico (en concreto pentecostal), soñaba con que siguiera sus pasos, pero desde muy niño, cuando interpretó a un leopardo, en la escuela primaria, el chico supo que lo suyo iba a ser la interpretación.

Con su trabajo llamó la atención de Teresa Early, directora artística del Theatre Peckham, escuela de interpretación de la zona para chicos sin recursos, que le ofreció una plaza, y una ayuda económica. En 2008 se matriculó en Artes Escénicas en el South Thames College. Acabó actuando con el Teatro Nacional Inglés, en obras como “Six Parties”. “He intentado entregarme a la interpretación siempre al 200%. Eso es lo que me distinguía de mis compañeros”, ha declarado. “Me he preparado duro para lograrlo, porque sólo se vive una vez. Creo que tengo la pasión necesaria para triunfar”.

Sería decisivo para su carrera Joe Cornish, guionista televisivo atracado por una banda de delincuentes juveniles. Apasionado de filmes de ciencia ficción como E.T., el extraterrestre, en aquel momento le dio por imaginar qué hubiera pasado si los agresores fueran interrumpidos por un acontecimiento de cariz fantástico, sacado de una película de ciencia-ficción. Nació así Attack the Block, aunque para interpretar al protagonista necesitaba a un joven actor desconocido pero lo suficientemente expresivo. Tras un casting de 1.500 personas vio el cielo abierto cuando le hizo la audición a John Boyega.    

Interpretaba al líder de una pandilla de adolescentes que asalta a una enfermera en un distrito marginal de Londres. Pero en ese momento sobreviene la caída de misteriosos objetos del cielo, presagio de una invasión extraterrestre. El film obtuvo un buen recibimiento de público, y fue alabado por el mismísmo Quentin Tarantino.

Se gastó todo el dinero que tenía para volar a Los Ángeles, en busca de una oportunidad en la meca del cine. Le dieron un rol secundario junto a Kiefer Sutherland en 24, vive otro día, pero poco más. “Intenté conseguir un papel en Kingsman, en Maléfica, en El corredor del laberinto… Fueron muchos los proyectos que parecía que funcionarían y que no terminaron de cuajar”, recuerda el actor. “Había invertido mucho tiempo y dinero, volando desde Londres, incluso vendí mi iPad para poderme mantener en Los Angeles”. Así que cuando se enteró del casting para la nueva trilogía de Star Wars, pensó que debía luchar duro por participar. “En ese momento estaba hasta las narices del rechazo. Así que me planté allí con la sensación de que me iban a tener que sacar a golpes si no me daban el papel. Por suerte, todo ha salido como debía”.

Fue así como le reclutaron para encarnar a Finn, héroe de Star Wars: El despertar de la fuerza, cuyo director J.J. Abrams le encomendó a él, y a sus principales compañeros de reparto, Daisy Ridley y Oscar Isaac, una compleja tarea: llevar las riendas de la acción, con los personajes clásicos de la saga como secundarios. La jugada no le pudo salir mejor, ya que obtuvo no sólo el éxito esperado, sino también el reconocimiento de la crítica y de los fans, que en general opinan que recuperó la magia perdida en las precuelas filmadas por George Lucas. “Estoy emocionado por el simple hecho de pertenecer al universo de Star Wars. ¡Cuando muera tengo asegurado ser trending topic en Twitter!”, bromea el joven actor. “Pero además, esto hará que se me abran las puertas de muchos proyectos”.

Así fue. De la noche a la mañana, John Boyega pasó de ser un pobre diablo al que pocos reconocían, a una de las estrellas más solicitadas de Hollywood. Compartió la pantalla con Emma Watson y Tom Hanks en El círculo, donde era el cofundador de una empresa tecnológica que le ha relegado a la marginación, un personaje inspirado en Steve Wozniak, ingeniero que montó Apple con Steve Jobs.

La primera mujer que recibió un Oscar a la mejor dirección, Kathryn Bigelow, le fichó para interpretar a Melvin Dismukers, guardia de seguridad que trata de que no saqueen un supermercado, durante peligrosos disturbios raciales, en Detroit. Durante la promoción, se convirtió en un gran apoyo para la directora, cuando se cuestionó que una mujer blanca, de buena familia, pudiera reconstruir para el cine una historia importante para la comunidad afroamericana. “Al principio, yo también tenía mis dudas, pero luego me di cuenta de que ella sabía más que nadie sobre lo ocurrido. Se había preparado a conciencia”.

Recuperar a Finn, para Star Wars: Los últimos jedi, fue más complejo de lo que esperaba. “Transcurrió mucho tiempo entre las dos cintas”, recuerda. “Ha sido como retirarse como boxeador y que de repente surja una pelea. Cuesta ponerse en forma. Fue duro volver a acostumbrarse”. Por suerte, la cinta logró un reconocimiento aún mayor que el de su predecesora.

Con su amigo, Femi Oguns, que ejerce como su agente, fundó su compañía de producción, UpperRoom, con la que según sus declaraciones espera poder darle oportunidades a jóvenes aspirantes a actores. La compañía se involucró en la puesta en marcha de Pacific Rim: Insurrección, secuela del film dirigido en 2013 por Guillermo del Toro. Interpreta al personaje central, hijo del que encarnaba Idris Elba en el original.

Para el futuro, le espera el capítulo IX, y último (por el momento), de Star Wars. Dio un salto de alegría cuando Walt Disney anunció que recuperaba como director a J.J. Abrams. “Creo que ha vuelto a la saga sobre todo… ¡porque me echa de menos!”, apunta entre risas. “Además, creo que volverá a hacer un buen trabajo”.