
Cecil B. DeMille
77 años ()Premios: 1 Oscar (más 1 premios y 1 nominaciones) Ver más
El mayor hombre espectáculo del mundo
Pocos directores han obtenido el rango de estrellas, categoría con la que se designa a aquellas figuras capaces de arrastrar a las masas a los cines sólo con su nombre. Normalmente este honor queda reservado a actores de gran tirón como Cary Grant. Con sus grandes espectáculos que dejaban al público deslumbrado, Cecil B. DeMille fue el primer realizador que alcanzó esta categoría, antes de Alfred Hitchcock y Steven Spielberg.
Nacido en Ashfield (Massachussetts), el 12 de agosto de 1881, Cecil Blount DeMille (poca gente sabe de dónde viene la "B.") era hijo de Henry Churchill DeMille y Matilda Beatrice Samuel, un matrimonio de autores teatrales. El padre falleció cuando Cecil aún tenía 12 años, y su madre sobrevivió fundando un colegio y una compañía teatral. El chico estudió en la Escuela Militar de Pensilvania, y pretendía ir al frente de la Guerra con España por Cuba, pero fue rechazado por no ser mayor de edad.
Decepcionado, decide seguir a su hermano William a Nueva York, para estudiar junto a él interpretación en la Academia de Artes Dramáticas. Al terminar, y gracias a la ayuda de amigos de sus padres del mundillo teatral, consigue que le fichen como actor en Broadway, en títulos como "A Repentance" o "Hamlet". Incluso entró en la prestigiosa compañía de Mary Pickford, posteriormente gran celebridad del cine.
Pronto, DeMille dirige sus propios montajes y escribe varias obras ("Son of the Wind", "The Stampede", "After Five") en solitario o junto con su hermano William. Ejerce también durante mucho tiempo como manager de la compañía de su madre.
En la segunda década del siglo XX, el cine acababa de nacer. Muchos empresarios del mundillo teatral amigos de DeMille habían decidido probar fortuna invirtiendo en la gran pantalla, y éste finalmente se animó a seguir sus pasos.
Así, fundó con Jesse Lasky y Samuel Goldwyn la compañía Jesse L. Lasky Feature Company, que después se uniría a Famous Players, de Adolph Zuckor, dando lugar a Paramount, una de las 'majors' que pervive en la actualidad. DeMille, muy experimentado en narrativa y dirección de actores por su abultada trayectoria teatral, estaba destinado a rodar los primeros grandes éxitos de la empresa, tras debutar como director y productor en 1914 con El prófugo, western con Dustin Farnum, actor con cierta celebridad por entonces, como un oficial británico que viaja al Oeste Americano para reciclarse en ranchero. En The Call of the North, un tipo pretendía vengar la muerte de su padre. Ya desde estas primeras producciones quedaron claras las señas de identidad del cineasta: una estructura narrativa muy cuidada, y una prodigiosa dirección de actores. Desde entonces, el público llenó los cines para ver sus películas, y ya no le abandonaría.
Las mejores actrices de la época muda se peleaban por ponerse a sus órdenes, como Geraldine Farrar –Tentación, Juana de Arco (1917)–, Blanche Sweet –La muchacha del dorado oeste–, la citada Mary Pickford –La pequeña americana– y sobre todo su mayor descubrimiento, la gran Gloria Swanson, con la que repitió en numerosas ocasiones con títulos como A los hombres, No cambies de esposo, La fuerza de un querer y El señorito primavera. Muchos años después, en 1950, cuando Swanson interpretó a una estrella del cine mudo caída en desgracia, muy parecida a sí misma, en la magistral El crepúsculo de los dioses, de Billy Wilder, el personaje estaba deseando volver a rodar con DeMille, que aparecía brevemente interpretándose a sí mismo. "Está bien señor DeMille, estoy lista para mi primer plano", decía la protagonista entre delirios.
Casi todos los filmes de DeMille con Swanson son dramas moralistas sobre el matrimonio que criticaban convencionalismos sociales absurdos. Destaca Macho y Hembra, adaptación de una obra de J.M. Barrie, en la que insistió en que Swanson filmara una escena con un león de verdad a sus espaldas. El animal lo había sacado de un zoo que se quería deshacer de él por lo peligroso que era. "Pasé mucho miedo", recordaba Gloria Swanson. "Después fui al estreno de la película y alguien sentado delante de mí decía que se notaba mucho que el león no era auténtico".
El realizador se casó el 16 de agosto de 1902 con Constance Adams, ocasional actriz, que estuvo a su lado durante 57 años, a pesar de que su marido llegó a tener dos amantes, Jeannie Macpherson, intérprete del cine mudo, y Julia Faye, que siempre tenía un papel en todas sus películas. Cuentan que a veces las llevaba a las dos en su yate, y aunque Constance conocía de su existencia, prefirió permanecer a su lado por el bien de sus cuatro hijos. De todos ellos, sólo Cecilia de Mille, era hija biológica, ya que los otros tres fueron adoptados posteriormente. Una de las hermanas, Katherine DeMille, se casó con el actor Anthony Quinn, pese a la oposición paterna.
"Dadme dos páginas cualesquiera de la Biblia y con ellas haré una película", dijo el cineasta, que se pasó a las superproducciones de gran presupuesto con Los diez mandamientos (1923), su primera aproximación al relato de Moisés, que ya incluía un espectacular trucaje para mostrar cómo se abrían las aguas del Mar Rojo. Fue un exitazo tan grande, que unos años después DeMille se animó a adaptar los textos evangélicos en la lujosa Rey de reyes (1927). Para evitar polémicas escogió a un actor, H.B. Warner, que tenía una reputación intachable. Pero entonces apareció una mujer que había mantenido una tórrida relación con el actor, y que decidió chantajear a DeMille, amenazándole con arruinar la producción. Se cree que el realizador accedió a darle una enorme suma de dinero con tal de que abandonara el país.
Además, firmó con el tal H.B. Warner y Dorothy Cumming (la Virgen María) un contrato mediante el cual no podían aparecer en cintas que arruinaran su imagen bíblica durante cinco años, y les prohibió durante el rodaje ejercer actividades que dieran una imagen poco apropiada, como salir a discotecas por la noche. Durante el rodaje pasó a visitarle David W. Griffith, y DeMille le tendió instintivamente el megáfono y le hizo que rodara unos planos de un grupo de individuos al pie de la Cruz.
Con la llegada del sonoro, DeMille alternó algún drama (Dinamita) con varios westerns (Buffalo Bill, Los inconquistables o Unión Pacífico, con la que ganó la Palma de Oro en Cannes) y las aventuras (Policía montada del Canadá, Piratas del Mar Caribe, Corsarios de Florida). Por supuesto siguió muy activo en el terreno de los espectáculos de época. En El signo de la cruz reconstruyó la época de Nerón y su esposa Popea, interpretada por Claudette Colbert, que también fue la protagonista de Cleopatra, una de las mejores versiones de la vida de la reina de Egipto, y con Las cruzadas (1935) consiguió que incluso el público musulmán aplaudiera la cinta por el respeto con el que les había tratado. Victor Mature y Hedy Lamarr fueron Sansón y Dalila en un film que aún hoy sigue pareciendo vistoso.
Su film sobre el circo El mayor espectáculo del mundo fue la primera película que vio Steven Spielberg, a los 4 años, y quedó tan deslumbrado que decidió dedicarse a dirigir. Aquel film ya contaba con Charlton Heston, al que convirtió en Moisés en su segunda aproximación al personaje, Los diez mandamientos (1956), su último trabajo. Tenía ya 75 años cuando la rodó, pero DeMille era un hombre exigente tanto consigo mismo como con sus actores. Sufrió un infarto durante el rodaje, pero tres días más tarde se incorporaba a un rodaje complicado en el que reunía por ejemplo a 20.000 extras en la escena en la que empieza el éxodo del pueblo de Israel.
El film tuvo tanto éxito –fue uno de los filmes más vistos de todos los tiempos– que hasta el Papa Pío XII le recibió, y Charles de Gaulle y Winston Churchill alabaron su trabajo. Pero el rodaje había deteriorado mucho su salud, y aunque quería haber rodado otra superproducción a lo grande, otro infarto acabó con su vida el 21 de enero de 1959, a los 77 años.
Premios
Nominado a 1 premio
- Dirección El mayor espectáculo del mundo
Ganador de 1 premio
- Palma de Oro Unión Pacífico