
Sidse Babett Knudsen
54 añosEl poder y la gloria
Sidse Babett Knudsen ha logrado algo insólito en los tiempos que corren: que una persona que se dedica a la política transmita confianza, parezca honrada y busque el servicio a los ciudanos, evitando en lo posible las malas artes. Su primera ministra de ficción Birgitte Nyborg Christensen en la serie "Borgen" le ha dado mayoría absoluta entre los espectadores, encandilados con motivo por su trabajo actoral.
La actriz danesa Sidse Babett Knudsen transmite naturalidad, su sonrisa resulta cautivadora, e invita a que te fíes de ella. Ello le ha servido para componer papeles de mujer luchadora y que se mueve con determinación, lo que resulta estupendo cuando se apunta a causas justas, pero también puede involucrarse en empresas dudosas, con lo que transmite al espectador una extraña sensación, como si te hubiera decepcionado alguien de tan maravillosas cualidades.
Sidse Babett nació en Copenhague en 1968, su padre era fotógrafo, y su madre maestra. Como sus progenitores eran cooperantes, vio mundo ya desde pequeña, concretamente pasó su infancia en Tanzania, compartiendo aula con niños africanos en la escuela donde enseñaba su madre. Pero se educaría mayormente en Europa. Para formarse actoralmente acudió a París, en Francia, y recibió clases en la escuela de teatro Jacques Lecoq y en el Théâtre de l'Ombre. Con inquietudes cosmopolistas, también pasó un tiempo en la Gran Manzana neoyorquina. En esta época combina el teatro experimental con alguna incursión televisiva en Dinamarca, como su papel de Mercedes en la serie Juletestamentet en 1995. Esto le facilita el salto al cine dos años después con Let's Get Lost, tragicomedia basada en gran parte en la interpretación, que le dio un premio Bodil, su prestigio empezaba a volverse sólido.
En 1999 se apunta a un título del movimiento Dogma, Mifune, donde le dirige su compatriota Søren Kragh-Jacobsen. En 2006 está en otro título danés de cierta entidad, Después de la boda, a las órdenes de Susanne Bier. Y como curiosidad, señalar su presencia en una película familiar de 2004 que tiene el curioso título de El faquir de Bilbao, donde es la madre de dos niños gemelos.
Pero con los derroteros de una carrera discreta y digna, está claro que existe un antes y un después de 2010, año en que arranca la serie televisiva Borgen, una suerte de El ala oeste de la Casa Blanca a la danesa, con la actriz encarnando a una política de un partido de la minoría, al que los pactos tras unas disputadas elecciones coloca en el cargo de primera ministra de Dinamarca; sus esfuerzos por ser fiel a sus ideales, mientras pacta con unos y otros, sigue los consejos de su jefe de prensa, y trata de conciliar el trabajo con la vida familiar dieron como resultado una obra con impacto, que para muchos entregaba el modelo de lo que era un político vocacional que no renunciaba a sus principios y buscaba servir a su pueblo, y por ende, al mundo entero. La serie se prolongó tres temporadas, y permitieron a Sidse Babett el salto internacional.
La actriz dominaba el francés y el inglés, pero fue gracias al primer idioma que tuvo un jugoso rol secundario en El juez, que le supuso un premio César, además del papel protagonista de una cinta médica, La doctora de Brest, donde se enfrenta nada menos que a la todopoderosa industria farmacéutica, que está comercializando un medicamento con efectos secundarios devastadores, sin hacer nada para cambiar las cosas.
Por supuesto, Hollywood ha echado el ojo a la actriz, y junto a Tom Hanks ha hechos dos películas, Esperando al rey e Inferno, y en ambas era el interés amoroso del actor en menor o mayor medida, dentro de una trama más amplia y con más vericuetos, una mirada a los negocios en Arabia en el primer caso, la adaptación de un pueril best-seller de Dan Brown en el otro.
La actriz no renuncia a trabajar en su país, como lo demostró la costosa e irregular serie de época 1864, estrenada con motivo de los 150 años del enfrentamiento entre daneses y los prusianos del imperio austrohúngaro, "la guerra que cambió nuestra identidad como nación", al decir de la actriz. Pero la llamada americana es fuerte, y ahora acaba de estrenarse en la serie de la HBO Westworld como ambiciosa empresaria de un parque temático robótico ,en la readaptación de la popular novela de Michael Crichton.
Aunque nunca habla de su vida privada, parece que tiene un compañero desde hace años, que le ha dado un hijo que ahora debe rondar los 14 años.