
Achero Mañas
56 añosPremios: 2 Goya Ver más
Cineasta de la paternidad
Supo tomar una importante decisión en un momento clave de su vida. Como actor, no tenía muchas posibilidades de hacer las películas que realmente quería rodar, así que, ¿por qué no escribirlas y dirigirlas él mismo? Así, Achero Mañas, a pesar de su corta filmografía, se ha convertido en uno de los directores más interesantes del panorama español.
El madrileño Juan Antón Mañas Amyachs –nacido el 5 de septiembre de 1966–pertenece a una familia muy vinculada al teatro, pues su madre es la actriz Paloma Lorena y su padre el dramaturgo Alfredo Mañas. Pasó su infancia en el madrileño barrio de Carabanchel, vinculado al mundillo de la literatura, las tablas y el arte.
Al terminar el bachillerato se matricula en pintura en la escuela de artes y oficios, al tiempo que hace sus pinitos como actor. A los 15 años ya aparecía en Las aventuras de Enrique y Ana interpretando un pequeño papel de miembro de un grupo musical que se hacen llamar los Coconuts.
A mediados de los 80, Achero pasa un año en Nueva York, donde su madre ha obtenido una beca. Allí, el chico toma clases de interpretación en la escuela Real Stage. De regreso a España retoma su carrera como actor, y trabaja –casi siempre con directores de gran prestigio– en películas de desigual calidad, como La guerra de los locos, de Manolo Maji, 1492. La conquista del paraíso, de Ridley Scott, ¡Dispara!, de Carlos Saura, El rey del río, de Manuel Gutiérrez Aragón, y La ley de la frontera, de Adolfo Aristarain.
Pero la interpretación no le llena, y decide dejarlo, coincidiendo con el nacimiento de Laura, su primera hija. “La interpretación me resultaba un poco humillante porque estaba participando en muchos proyectos que no me interesaban nada. En España se hacen tres o cuatro películas al año serias, que me gustan, afines a mí. En algunas de ésas puede haber un papel en el que yo encaje, pero claro, también hay otros quinientos actores que encajan”, me comentaba Mañas en el transcurso de una entrevista.
Así las cosas, decide lanzarse a la escritura y dirección de sus cortos Metro, Cazadores –galardonado con el premio Goya al mejor corto– y Paraísos artificiales. Mientras los rodaba ultimaba la escritura de su primer largometraje, El Bola, sobre un niño maltratado por su padre.
Por aquel entonces, el productor José Antonio Félez está creando Tesela, su compañía de producción, y llega a la conclusión de que el guión de El Bola es perfecto para llevarlo a la pantalla. Contrata como protagonista al niño Juan José Ballesta, que obtuvo el Goya al mejor actor revelación, que se suma a los otros tres que obtuvo la película, entre ellos el de mejor película.
Su segundo largometraje fue Noviembre, de 2003, ambicioso homenaje a la figura de su padre, autor teatral, y del mundillo de las tablas en general. Dio a conocer al excelente actor Óscar Jaenada, que encarnaba a Alfredo, idealista creador de un particular grupo de actores.
Aunque justo después de esta cinta, Achero Mañas dirigió el documental Blackwhite, sobre el proceso de paz en Irlanda del Norte, pasaron siete años hasta que volvió a dirigir una cinta de ficción.
“Necesitaba descansar un poco y hacer otras cosas con mi vida. Para mí es muy importante el cine, pero no es lo único. Principalmente me he dedicado a estudiar Filosofía, aunque no terminé la carrera, sino que hice algunas asignaturas”, me explicaba Mañas. Por fin, en 2010 dirige Todo lo que tú quieras, donde Juan Diego Botto encarna a Leo, abogado capaz de todo para cuidar a su hija, tras el fallecimiento de la madre.