
Elmore Leonard
87 años ()El escritor que sonaba auténtico
Hace un mes el novelista y guionista Elmore Leonard sufría un ataque al corazón. Incapaz de recuperarse, ha muerto en Detroit a la edad de 87 años. Deja detrás un buen puñado de libros, relatos y novelas, profusamente adaptados a la pequeña y gran pantalla, además de varios guiones cinematográficos.
Elmore John Leonard nació en Nueva Orléans, en el estado de Luisiana, el 11 de octubre de 1925. Su progenitor trabajaba en la General Motors, lo que obligaba a la familia a trasladarse con frecuencia, hasta que fijaron su residencia en Detroit en 1934.
Hombre inquieto, se graduó en la Universidad de Detroit en filología inglesa y filosofía, y además se alistó en la Marina, a ver mundo podríamos decir. Lo que sucedía a su alrededor le fascinaba, y concretamente el caso de la pareja de gángsteres Bonnie y Clyde, que copó la primera plana de los periódicos, le serviría luego de inspiración en su carrera literaria, donde son frecuentes las tramas de delincuentes, donde destaca la viveza del lenguaje y la ironía de unos diálogos muy afilados. Otros autores como Stephen King y Martin Amis admiraban su frescura narrativa, el segundo hablaba de “su ojo y su oído, el ritmo y las frases”. Publicó desde 1951 muchísimos relatos en revistas como Argosy, auténtica “pulp fiction” ambientada en el lejano Oeste o en el mundo criminal. No es de extrañar la admiración de Quentin Tarantino, que tituló su film más célebre precisamente como Pulp Fiction, además de que adaptó en Jackie Brown (1997) una de sus novelas, “Rum Punch”. Entre los principios que guiaban la escritura de Leonard estaba la de que aquello debía parecer auténtico, “si suena a cosa escrita, reescríbelo”.
Entre las adaptaciones más destacadas de la obra de Leonard destacan varios westerns: las dos versiones de El tren de las 3:10, de Delmer Daves en 1957 y James Mangold 50 años después, Un hombre (1967) de Martin Ritt, y Que viene Valdez (1971) de Edwin Sherin. Su estilo duro le fue como anillo al dedo a Richard Fleischer en 1974 en Mr. Majestyk, con Charles Bronson. Su irónica mirada a la meca del cine dio pie a Cómo conquistar Hollywood (1995), de Barry Sonnenfeld, con un estupendo John Travolta como el gángster Chili Palmer, pero su secuela, Be Cool (2005), no estaba a la altura. Tampoco logra gran cosa Paul Schrader con Touch (1997), crítica a la explotación comercial de la religión, en cambio Oliver Stone, fiel a su estilo salvaje, lograba hacer destilar auténtico cine negro en Un romance muy peligroso (1998).
Como guionista hizo con Budd Boeticher y Burt Kennedy el libreto del western Los cautivos (1957). Adaptó novela propia en El infierno del whisky (Richard Quine, 1970), pero también se enfrentó a obras ajenas como la que dio pie a Los crímenes del rosario (Fred Walton, 1987). Desde 2010 la televisión le dio más cancha con Justified: La ley de Ryland, serie que partía de su relato “Fire in the Hole”.