
Renny Harlin
64 añosUn finlandés en Hollywood
Es sin duda el director de cine finlandés de mayor renombre y desde luego el más reconocido en la industria de Hollywood. Eso no ha evitado que en su filmografía se incluyan desastrosos fracasos de taquilla, aunque también ha logrado rimbombantes éxitos.
Fue en la década de los 90 cuando su nombre adquirió prestigio en la industria, con películas de gran caché y amplio presupuesto, gracias a las cuales el nombre de Renny Harlin quedó asociado a producciones de acción bien rodadas, llenas de ritmo y que perseguían sobre todo el entretenimiento. Sin embargo a partir del nuevo milenio la calidad de su cine empezó a menguar, si no exactamente por la calidad de sus obras sí en cambio por su repercusión entre el público y la crítica.
Renny Harlin, cuyo verdadero nombre es Lauri Mauritz Harjola, nació el 15 de marzo de 1959 en Riihimäki, Finlandia. Su padre era médico y su madre enfermera. Harlin recuerda que con ella acudía a las salas de cine para ver las películas de Alfred Hitchcock. A los catorce años decidió que quería ser director de cine cuando presenció el rodaje en su país natal de la película Teléfono, dirigida por Don Siegel y protagonizada por Charles Bronson. Asistió a la Universidad de Helsinki para estudiar cine, aunque finalmente acabó abandonando la carrera.
Comenzó a trabajar en anuncios publicitarios para la empresa Shell y viajaba en autobús comprando producciones para una distribuidora finlandesa. Así fue como conoció al también finlandés Markus Selin en Los Ángeles y ambos empezaron a escribir el guión de Infierno en el Ártico, coproducción fanlandesa-estadounidense que terminaría siendo el debut como director de Renny Harlin en 1986. Protagonizada por Mike Norris, en un papel inicialmente previsto para la estrella Chuck Norris, se convirtió en la película finlandesa más taquillera de la historia en Estados Unidos. Así las cosas Renny Harlin decidió mudarse a Los Ángeles.
Pronto le encargaron rodar Pesadilla en Elm Street 4, que se convertiría en la más exitosa de la saga terrorífica del psicopata onírico de las cuchillas. Y entonces la Fox le fichó para filmar la segunda parte de Jungla de cristal. Aunque inferior a la original, el director finlandés logró mantener cierta calidad y el éxito de taquilla corroboró su trabajo y La jungla 2. Alerta roja (1990) significó el inicio de su mejor época detrás de las cámaras. Con Máximo riesgo, estrenada tres años después, consolidó su buen oficio y volvió a situar en lo alto a Sylvester Stallone, que por entonces estaba perdiendo fuerza por culpa de películas limitadas y comedietas de poco fuste. La relación entre ellos trascendió su trabajo y desde ambos mantienen una gran amistad.
En 1995, tras declinar la oferta de dirigir Speed, Renny Harlin se embarcó –nunca mejor dicho– en un ambiciosa producción de piratas. Con un presupuesto de 100 millones de dólares rodó La isla de las Cabezas Cortadas, con Matthew Modine y Geena Davis. La película se convirtió en un estrepitoso fracaso en taquilla, algo inexplicable teniendo en cuenta que se trata de una entretenídisma película de aventuras, humor y acción, que no tiene nada que envidiar a otras películas del género. El caso es que sólo recaudó 10 millones en cines estadounidense, por lo que la productora se declaró en quiebra. Un desastre total. Al menos Harlin sacó provecho de la situación. Conoció a Geena Davis, se enamoraron y se casaron. Lástima que el matrimonio durará sólo cinco años, algo que seguramente tuvo que ver con el nacimiento de un hijo de Harlin fruto de su relación con su asistente Tifanny Bowne. También fracasó en la taquilla norteamericana su siguiente trabajo, Memoria letal (1996), protagonizada igualmente por la Davis y por Samuel L. Jackson. Para el propio Harlin, sin embargo, se trata de la mejor película de su fimografía. Dios sabrá por qué.
Antes de empezar a declinar, el director dio un golpe en la mesa con la super entretenida Deep Blue Sea (1999), que mantenía estupendamente la tensión con el ataque de los escuálos modificados genéticamente, al tiempo que ofrecía humor y escenas acuáticas técnicamente magníficas, incluidas sorpresas memorables. Warner Bros. quedó encantada, pues con un presupuesto de 60 millones de dólares, recaudó 75 en Estados Unidos y más de 160 millones en todo el mundo. Más tarde, tras retormar su colaboración con Stallone con la correcta Driven (2001), le ofrecieron dirigir El exorcista: El comienzo (2004), una precuela con la que Warner pretendía resucir el éxito de la película original de 1973. La respuesta del público fue aceptable y cosechó una recaudación mundial de 80 millones de dólares con un presupuesto de 50. Puede decirse que fue su último éxito de renombre.
A partir de entonces Renny Harlin quedó relegado a productos más modestos, en general a películas de acción o thrillers de escasa entidad, aunque entre ellas podamos entresacar algunas producciones de interés, como Cleaner (2007), en donde volvió a recuperar a Samuel L. Jackson, o 5 días de guerra (2011), sobre el trabajo de los corresponsales en los conflictos bélicos. Entre sus últimos trabajos relevantes pueden citarse Hércules. El origen de la leyenda (2014) y Atrapa a un ladrón (2016), comedia de acción trepidante con el humor de Jackie Chan. Y páises como China han echado mano de su oficio para dirigir películas de acción, como Legend of the Ancient Sword (2018).