
Annabella Sciorra
63 añosChiquita, pero matona
Levanta poco más de metro y medio de estatura (1,57 metros, para ser exactos), pero esta belleza latina y morena ha demostrado ser una actriz de armas tomar, que ha intervenido en muchas cintas relacionas con la mafia.
Nació el 29 de marzo de 1960 en Wethersfield, Connecticut, y su nombre completo es Annabella Gloria Philomena Sciorra. Su aspecto latino y su apellido no esconden para nada sus orígenes italianos y cubanos por parte de padre, aunque quizá sea más difícil de adivinar la sangre francesa que corre por su venas de parte de su estilista madre, y que contribuye al ligero toque de distinción que sabe poner a sus personajes, casi siempre encuadrados de acuerdo a los primeros ancestros mencionados.
Con sus padres Annabella se trasladó a vivir a Nueva York, y allí, siendo adolescente, se manifestó su inquietud actoral, que le llevaría a ingresar en la Academia Americana de Artes Dramáticas.
Que su carrera fílmica iba a estar ligada a historias gangsteriles y policíacas quedó demostrado con su primer trabajo ante las cámaras, la miniserie televisiva The Fortunate Pilgrim, basada en la novela homónima de Mario Puzo, el creador de El padrino. En esta historia de inmigrantes en Estados Unidos coincidió con Sophia Loren, todo un modelo a tener en cuenta si sus orígenes étnicos iban a influir en su carrera. En 1989 se casó con el también actor italoamericano Joe Petruzzi, de trayectoria más pobre, y del que se separaría en 1993.
Un par de comedietas intrascendentes –Cadillac Man, Colegas a la fuerza– se alternaron con películas de bastante más interés, como Asuntos sucios y El misterio von Bulow. Eran los comienzos de los 90, y pronto Annabelle estaría en el mapa del celuloide bien visible, gracias a su trabajo con un provocador Spike Lee en su mejor momento: fue en Fiebre salvaje, donde se narraba un adulterio interracial, y le acompañaban actores que también despuntaban entonces, como Wesley Snipes, John Turturro y Samuel L. Jackson; en la cinta también estaban Anthony Quinn y una primeriza Halle Berry. Además, la actriz tuvo la suerte de encadenar este film con uno de los thrillers más exitosos de esa década, La mano que mece la cuna, donde interpretaba a una madre sufridora. En cambio se equivocó con Susurros en la oscuridad, otro thriller de bastante menor calidad.
En 1995 y 1996 hizo dos películas para Abel Ferrara: una de vampiros, The Addiction, y una de mafias, El funeral, tema muy frecuentado por el cineasta. En ambos títulos coincidiría con Christopher Walken.
Pese a estos inicios prometedores, Annabella nunca pareció tener posibilidades de convertirse en estrella. Eso sí, se apuntaba a películas interesantes como Cop Land (1997), junto a un Sylvester Stallone que también intentaba mantener su carrera viva con un papel de policía con sordera, o Más allá de los sueños (1998), donde era la amada muerta de Robin Williams.
Con el nuevo milenio, la actriz siguió haciendo cine, pero se trata de títulos poco estimulantes como Compromiso de sangre y Deseando libertad. Siempre es un honor participar en una serie televisiva gangsteril de prestigio como Los Soprano, y Annabella lo hizo en siete episodios encarnando a Gloria Trillo, amante de Tony Soprano, con la que coincide en la consulta de su psicoanalista; el papel le consiguió una nominación al Emmy. A partir de aquí multiplicaría su presencia en la pequeña pantalla en dos de las variantes de Ley y orden, además de en L, Urgencias y Mental. En cine, lo más interesante que ha hecho en los últimos tiempos es Declaradme culpable, film mafioso de Sidney Lumet, aunque su papel era muy escaso. Y no deja de pasearse por los escenarios del off-Broadway.