
Julie Christie
81 añosPremios: 1 Oscar (más 1 premios y 3 nominaciones) Ver más
La soñadora rebelde
Reina de la pantalla en los 60, triunfó por su fuerte personalidad, su carácter independiente y una imagen inusual a la de la típica estrella. En sus apariciones públicas, Julie Christie suele vestir de forma informal sin maquillarse, no tiene pelos en la lengua a la hora de realizar declaraciones polémicas y nunca se deja seducir por las cifras desorbitadas que le ofrecen los productores, si no le interesa el personaje de la película. Pero sobre todo, transmite una gran energía a la hora de encarnar en la pantalla a la mujer de una nueva era.
Y aunque vive retirada en una granja galesa “lejos del mundanal ruido”, regresa de vez en cuando, para interpretar pequeños papeles que dan un toque de prestigio y calidad a superproducciones, como Troya, donde era la madre de Brad “Aquiles” Pitt, y sobre todo, Harry Potter y el prisionero de Azkaban, donde encandilaba al público con su breve aparición como madame Rosmerta, dueña de la taberna ‘Las tres escobas’.
Nacida en la plantación de té de sus padres, un matrimonio británico que vivía en la India, Julie Frances Christie vio el mundo por primera vez el 14 de abril de 1941, en Chukua, provincia de Assam. Pronto, la familia regresó a Inglaterra. La joven Julie era una niña rebelde a la que echaron del colegio de monjas, por contar groserías a una compañera. Por este desafortunado episodio, sus progenitores decidieron enviarla a Francia, a casa de unos amigos, a conocer mundo. La actriz se quedó deslumbrada por el nivel intelectual de la familia que la acogió, y descubrió la cultura, pero también quedó irremediablemente seducida por su frívola forma de vida. "Me encontré viviendo en el mundo maravilloso de una gran familia, muy sofisticada en sus conceptos de la vida... yo, que estaba acostumbrada al estiramiento de la vida inglesa, al principio me sentía muy desgraciada, extrañaba mi hogar. Pero después todo comenzó a cambiar”, recuerda la actriz sobre esa etapa de su vida, tan crucial que por aquel entonces adoptó el lema que ha seguido a rajatabla durante toda su vida: “Haz lo que quieras, en el momento que quieras, diviértete, no te importe nada”.
A pesar de esta imagen hedonista, lo cierto es que Julie Christie trabajó duro para convertirse en actriz. Primero logró entrar en la Central School of Speech and Drama, de Londres, y después en la Escuela de Arte de Brighton, instituciones donde el nivel era alto. Después, trabajó incansablemente en varias producciones teatrales. Le haría famosa la pequeña pantalla, tras ser escogida para protagonizar la serie A for Andromeda, donde era una especie de atractivo monstruo femenino de Frankenstein, creada por unos científicos.
Aunque debutó en el cine con la comedia Ladrones anónimos, se consagró como amiga del protagonista de Billy, el embustero, sobre un tipo que vivía en un mundo inventado, en un argumento muy similar al de la reciente Big Fish. Esta cinta emparejaría a Christie por primera vez con el director John Schlesinger, que la recuperaría en Darling, aguda crítica a la alta sociedad británica. Con este título, Christie ganó el Oscar a la mejor actriz por su papel de modelo casada con una aristócrata que no le encuentra sentido a su vida. Por aquella época interpretó un pequeño papel en El soñador rebelde, que John Ford no pudo terminar por enfermedad, por lo que fue reemplazado por Jack Cardiff. Pero la película que elevaría a Julie Christie a la categoría de mito del celuloide fue Doctor Zhivago, donde encarnaba a Lara, enfermera que durante la Revolución Rusa mantiene una relación extraconyugal con Yuri, un médico y poeta, que uno no puede recordar sin que le salte alguna lagrimilla (sobre todo por el tema de Lara, de la sensacional banda sonora de Maurice Jarre). Justo después, interpretó un doble papel en Fahrenheit 451, de Truffaut, y volvió a ponerse a las órdenes de Schlesinger, en Lejos del mundanal ruido.
En los 70, continuó en la cima, por la calidad de películas como El mensajero, de Joseph Losey, y a sus tres colaboraciones con su Warren Beatty, Los vividores, Shampoo y El cielo puede esperar. Aparte de mantener un sonado idilio con Beatty, fueron tres de los grandes éxitos del momento. A continuación, se centró más en el teatro, y al cine regresa excepcionalmente, en ocasiones memorables, como Oriente y occidente, de James Ivory, donde era una mujer que investigaba la vida de su tía-abuela. Por su papel de esposa del fontanero Nick Nolte, en Afterglow, volvió a ser nominada al Oscar a la mejor actriz, en 1997. Destacan sus papeles secundarios, como la reina de Dragonheart, y sobre todo otra reina, Gertrude, la madre de Hamlet en la versión de Kenneth Branagh. Su último trabajo hasta el momento ha sido el papel de madre de Kate Winslet, en Descubriendo Nunca Jamás.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Lejos de ella
Nominado a 1 premio
- Actriz principal Los vividores
Ganador de 1 premio
- Concha de Plata a la mejor actriz Afterglow