
Amaia Salamanca
37 añosTerrena y celestial
Es guapa a rabiar. Y no es mala actriz, nada mala, justo es reconocerlo. De modo que alcanzó el estrellato en un “pis pas”, gracias a un personaje televisivo que se coló en todos los hogares españoles.
La Catalina de Sin tetas no hay paraíso se convirtió en su "alter ego" durante tres temporadas. La serie era una traslación a la realidad española de una serie colombiana que adaptaba una novela de Gustavo Bolívar Moreno. Y al igual que esta serie le dio una enorme popularidad al personaje de El Duque, interpretado por Miguel Ángel Silvestre, la enamorada Amaia Salamanca atrapó a los espectadores como pocas actrices lo han hecho.
Amaia Salamanca nació en Madrid el 28 de marzo de 1986. Desde joven prestó su imagen para hacer campañas publicitarias para MoviStar o Telecable y también participó en algunos videoclips de grupos musicales. Incluso llegó a ser modelo de Marco Aldany y de Blue Image. De todas formas, Amaia afirma que nunca se había planteado ser actriz y que fue una sorpresa cuando en su primer intento a los veinte años, recibió un papel protagonista tras presentarse al casting de una serie de televisión llamada SMS, sin miedo a soñar (2006). Le costó bastante habituarse al trabajo en el plató, pero poco a poco se fue sintiendo más segura. Por aquel entonces Amaia no sabía lo que le iba a deparar el futuro, de modo que compaginaba la interpretación con los estudios universitarios de Derecho y Administración de Empresas.
Fueron tiempos de bastante trabajo para ella, puesto que de la serie SMS, sin miedo a soñar rodó 183 episodios en sólo dos años. En 2007 compaginó ese trabajo con algunas apariciones en capítulos de la serie de éxito Los hombres de Paco. Pero no fue hasta 2008 cuando su mundo cambió al fichar para Sin tetas no hay paraíso. Amaia interpretaba a una chica de 17 años llamada Catalina, que se enamoraba de un mafioso conocido como El Duque, que regentaba negocios turbios de prostitución y drogas. La serie, un drama con muchos elementos de thriller encandiló muy pronto al público y pasó a engrosar las listas de series favoritas de jóvenes y adolescentes. Pero después de tres años en antena, la serie acabó y Amaia pudo encaminar sus pasos hacia el cine.
Lo malo es que su carrera cinematográfica no ha hecho más que empezar y lo ha hecho con el pie cambiado, encadenando papeles en películas sin apenas interés, comedias frivolillas para jóvenes con poca mollera. En 2009 rodó Fuga de cerebros, comedia casposa, verdulesca y graciosa a la española, en donde seguramente lo mejor era la presencia de la propia Amaia. Su personaje de Natalia, risueño y simpático, era cercano al espectador por su naturalidad. Quizá le cuadraba a las mil maravillas porque la propia actriz se considera una mujer extrovertida y llena de vitalismo. Pero a ese film le siguió el todavía más fallido Tensión sexual no resuelta, chabacana propuesta en donde estaba acompañada de un amplio grupo de actores y actrices de gran tirón. Entre medias de esos películas, además del cortometraje Enarmonía (con Álex Angulo), trabajó también como protagonista en un telefilm que no tuvo demasiada repercusión, titulado No estás sola, Sara y dirigido por Carlos Sedes. Lo último que hemos visto de Amaia Salamanca ha sido su trabajada interpretación de la Princesa Letizia en la serie de televisión Felipe y Letizia: deber y querer, que ha supuesto un verdadero acontecimiento mediático en España.