Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull
- Duración: 02h 04 min
- Género: Aventuras
- Público apropiado: Jóvenes
- Valoraciones: decine21 (6) | usuarios (7.2)
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- Título original: Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull
- Año: 2008
- País: EE.UU.
- Dirección: Steven Spielberg
- Intérpretes: Harrison Ford, Karen Allen, Cate Blanchett, Shia LaBeouf, John Hurt, Ray Winstone, Jim Broadbent, Alan Dale, Dimitri Diatchenko, Igor Jijikine, Neil Flynn, Joel Stoffer, Pasha D. Lychnikoff, Andrew Divoff, Emmanuel Todorov
- Guión: David Koepp, George Lucas, Jeff Nathanson
- Música: John Williams
- Fotografía: Janusz Kaminski
- Montaje: Michael Kahn
- Producción: Kathleen Kennedy
- Distribuye en formato doméstico: Paramount
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Reparto
Crítica Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008)

Que vienen los rusos
Los amantes del cine ‘Indy’ llevaban diecinueve años esperando que Spielberg se decidiera a retomar la saga de Indy, Indiana Jones, el más célebre arqueólogo del mundo. Pero el cineasta se ha resistido, pues en espera de un guión que le motivara llegó a echar por tierra uno escrito por el mismísimo Frank Darabont (Cadena perpetua). Al final se ha decantado por un libreto de David Koepp, que había escrito para él Parque Jurásico, muy acorde con lo que se esperaba.
La trama transcurre en los años 50, la era del nacimiento del ‘rock and roll’, cuando un Indy envejecido ha sido retenido junto con Mac, antiguo colaborador suyo, por un grupo de soldados soviéticos liderados por Irina Spalko, una cruel mujer que fue el ojito derecho de Stalin. Irina necesita que Indiana Jones le ayude a encontrar una reliquia precolombina, depositada en una instalación secreta del ejército estadounidense... En la aventura subsiguiente en la que se ve envuelto el veterano aventurero recibirá la ayuda de Mutt Williams, arrogante muchacho que ha ido en busca de Indy para advertirle de que un amigo, el profesor Oxley, ha sido secuestrado. Y también reaparece la mismísima Marion Ravenwood, la compañera de Indy en la legendaria En busca del arca perdida. Desvelar más datos de la trama sería hacerle un flaco favor al espectador...
La cuarta entrega de la saga no decepciona, a pesar de las grandes expectativas que ha levantado. Ya quisiera George Lucas haber mantenido el nivel tan alto en su resurrección de La guerra de las galaxias. Se le pueden sacar pegas, pero éstas son bastante menores. Por ejemplo, algunos diálogos explicativos son tan extensos que propician caídas de ritmo. También se puede resaltar que a pesar de la magia que tiene el regreso de Marion, Karen Allen es una actriz que no acaba de resultar muy convincente.
La película está llena de guiños a los incondicionales por sus referencias al arca, al padre del protagonista, a Marcus, etc. Y también se homenajean a clásicos del cine de aventuras, como los protagonizados por Tarzán, o aquellas que tenían memorables duelos de espadas... Si el objetivo de las anteriores entregas era recuperar el sabor de aquellas películas para todos los públicos, ciertamente, Spielberg ha vuelto a conseguirlo. Gustará a los que crecieron con los clásicos del cine, a quienes eran unos niños cuando se estrenaron sus predecesoras, y también a las nuevas generaciones.
Spielberg muestra desde luego que sigue en plena forma –aunque nadie lo dudaba, pues su anterior trabajo, Munich, es uno de sus grandes filmes–. Aprovecha la ambientación para trazar una descripción de la época de la Guerra Fría, con sus pruebas nucleares, su paranoia ante la amenaza comunista, y sus jóvenes rebeldes y roqueros. Se luce sobre todo en las secuencias de acción, algunas para el recuerdo, como la persecución en plena selva. Aunque ha necesitado más efectos especiales que en otras entregas, lo cierto es que los usa de forma tan inteligente que no desentonan. Las andanzas de sus personajes propician además una apología de la unidad familiar bastante sana, que el cineasta admite sin rubor.
Por supuesto, es obligatorio citar el trabajo de John Williams, un colaborador esencial de la serie. El compositor favorito de Spielberg se luce, rememorando fragmentos musicales de antaño, y con pasajes nuevos brillantes, como el que acompaña a los soldados soviéticos, que suena a música rusa.
El reparto está formado por grandes estrellas, en pequeños papeles, que cumplen con su cometido. Harrison Ford mantiene su intenso carisma; en pantalla parece que sigue en forma a pesar del paso del tiempo, y se nota que ha acumulado ya muchas tablas. Cede mucho protagonismo a Shia LaBeouf, sin duda un gran acierto, porque desprende el magnetismo de las grandes estrellas, y recuerda lejanamente al rey del género de aventuras, Errol Flynn, en quien parece haberse inspirado para encarnar a su personaje, un fanfarrón con encanto. Cuando ambos protagonistas aparecen en pantalla aprovechan bastante que los diálogos tienen cierto ingenio (‘has traído una navaja a un tiroteo’). ¿Son padre e hijo, como se rumoreaba antes del estreno del film? Para hallar respuesta al gran enigma cinematográfico de la temporada, lo suyo es no perderse la película.
Inexactitudes de todo tipo
El film ha generado ríos de tinta por sus imprecisiones geográficas e históricas, sobre todo en Perú, país con el que se cometen fallos. Indy se va en avión a Nazca, en Perú, y aunque Nazca se encuentra en Ica, aterriza en Cuzco. Cuando llega a Perú, la banda sonora recuerda a las rancheras, pero éstas no son especialmente típicas de este país, sino más bien de México. Se dice que el conquistador Orellana desapareció en 1500, aunque en realidad por aquel entonces no había nacido. El protagonista muestra un retrato de Orellana, que en realidad se corresponde a Francisco Pizarro. Indy dice que le enseñaron a hablar quechua los hombres del revolucionario Pancho Villa, cuando estuvo en México, país donde, como es bien sabido, no se habla este idioma.

Los cráneos de cristal
Los cráneos de cristal que busca Indiana Jones en esta entrega son reales. Se trata de cráneos humanos tallados en cuarzo, a los que se les atribuye poderes místicos. El cráneo más conocido es el que afirmaba haber encontrado el arqueólogo Frederick Albert Mitchell-Hedges, especializado en antiguas civilizaciones suramericanas. Aunque sus opiniones han sido refutadas una y otra vez, Mitchell-Hedges afirmaba que el cráneo estaba tallado con tanta perfección que no parecía ser anterior al siglo XX. En su opinión procedía de una civilización más avanzada que la nuestra. Indy se ha encontrado anteriormente con estos cráneos, en un episodio de Las crónicas del joven Indiana Jones.
Dos ausencias
Los apasionados de la saga habrán notado dos grandes ausencias. Denholm Elliot, que interpretó a Marcus Brody en la primera entrega y en la tercera, falleció en 1992. Además, estaba previsto recuperar a Sean Connery, nuevamente en la piel del profesor Henry Jones, padre de Indiana. Spielberg y Lucas se reunieron con él. Pero el actor prefirió seguir retirado. “Lo pensé mucho y si hay algo que hubiera podido sacarme del retiro era un film de 'Indiana Jones”, dijo Connery. El film incluye un emotivo homenaje a ambos actores.
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