
Amanda Peet
51 añosMorena de ojos claros
En su bello rostro enmarcado por una cabellera oscura destacan sus preciosos ojos claros, y su enorme sonrisa. Dada a conocer por su participación en alocadas comedias, sorprende lo modosita que es Amanda Peet al natural, una timidez que le concede un particular encanto. En las entrevistas no revela acerca de su vida privada más de lo estrictamente necesario.
Amanda Peet nació en Nueva York el 11 de enero de 1972. Su padre era abogado, su madre trabajadora social. Antes de venir ella al mundo lo hizo su hermana mayor. Su vocación actoral tuvo un arranque casi premonitorio, pues saltó a un escenario teatral durante una representación -huelga decir que sin lo dictara el guión- a la temprana edad de tres años. Cuando creció lo de actuar se lo tomó como una afición, aunque estudió interpretación, su carrera seria era la de Historia en la Universidad de Columbia. Sin embargo uno de sus profesores la animó a que tomara clases actorales de la prestigiosa Uta Hagen en el Herbert Berghof Studio, y en efecto, estuvo bajo su tutela cuatro años, que le llevarían a debutar en el off-Broadway. En esa época se mantiene trabajando como camarera e interviniendo en anuncios comerciales.
Lo de la carrera de Peet tiene algo de la paciencia de la hormiguita, que en 1995 logra aparecer en un episodio de la serie televisiva Ley y orden. Ese mismo año debuta en el cine con un papelito Animal Room, título que de ningún modo puede ser calificado de memorable. Pero en fin, por algo se empieza, y luego vino en 1996 otra serie donde tuvo personaje propio, Central Park West. El mismo año tiene presencia en un film de cierto interés, Ella es única, donde se pone a las órdenes de Edward Burns, encarnando a la hermana pequeña de Jennifer Aniston. Otros roles secundarios le unen a George Clooney y Michelle Pfeiffer (Un día inolvidable, 1996), o le permiten estar en la estupenda película coral Jugando con el corazón. La tele seguirá jugando un importante papel en su despegue como actriz gracias a la serie Jack & Jill, donde daba vida a la romántica coprotagonista Jack (de Jacqueline), enamorada de su vecino Jill.
Quizá el título más importante de la carrera de Peet fue Falsas apariencias (2000), que conocería una secuela inferior, Más falsas apariencias, cuatro años después. El enredo de un dentista cuya vida da un vuelco por la llegada de un vecino mafioso -Matthew Perry y Bruce Willis- tenía su gracia, y la actriz demostró tener chispa para la comedia. De modo que Nancy Meyers la ficharía para Cuando menos te lo esperas (2003) y Woody Allen para Melinda y Melinda (2004), para la parte cómica del film. Sobre su aprecio por la comedia, Peet me comentaba en 2004: “Yo creo que la comedia es un género infravalorado: es difícil de hacer y hay películas que tienen mucho que decir, pues contienen sátira política, por ejemplo, y su mensaje es tan amplio como el de un drama.” Lo que no le ha impedido frecuentar otros géneros, como el thriller en la muy inquietante Identidad (2003), una película estilo “Diez negritos”, o la intriga política en Syriana (2005). En el terreno de la ciencia ficción lo ha intentado sin demasiada fortuna en la fallida traslación al cine de las andanzas de Scully y Mulder en X-Files: Creer es la clave (2008); no pertenece al género El niño de Marte (2007), pese al título, pero también se trata de un film menor. Donde vuelve a coincidir con John Cusack -por tercera vez, tras Identidad y El niño de Marte- es en la catastrofista 2012, espectáculo de efectos especiales sobre el mundo que se acaba, donde ella es una esposa un poquito harta de su marido.
La única vez que ha intentado el protagonismo absoluto, justo es reconocerlo, la cosa se ha saldado en fracaso. Me refiero a la muy olvidable En tu cama o en la nuestra (2000), que trataba de explotar su lado sexy. Convencida de que hay cosas más importantes que el éxito a toda costa, en 2006 se casó con el prestigioso guionista David Benioff, autor de libretos de películas
como La última noche, Troya y Cometas en el cielo. No han coincidido en ninguna película, pero tienen un hijo, y parece que Amanda está esperando su segundo vástago. Su papel de madre no le ha impedido seguir haciendo cine, a veces con títulos no llegados a España como Fast Track (2006), $5 a Day (2008) y What Doesn't Kill You (2008), este último junto a Ethan Hawke y Mark Ruffalo. Entre los nuevos títulos que ya ha rodado destacan Please Give -donde ha trabajado con Catherine Keener y Rebecca Hall- y un nuevo acercamiento a Los viajes de Gulliver, el clásico de aventuras de Jonathan Swift.