
Imanol Arias
66 añosMadurando con estilo
Durante mucho tiempo fue el galán de moda del cine español, pero después Imanol Arias ha sabido madurar muy bien, y progresivamente ha ido mejorando como actor. Algunos de sus papeles, como el Antonio Alcántara de Cuéntame, son inmensamente populares.
Manuel María Arias Domínguez nació el 26 de abril de 1956 en la localidad leonesa de Riaño, célebre porque mucho después, en 1987, el pueblo se trasladó y el original desapareció bajo las aguas de un pantano, en una polémica decisión del gobierno socialista de Felipe González. Su familia se trasladó pronto en busca de trabajo a Ermua, en Vizcaya, tristemente famosa en los 90 por el cruel asesinato del concejal Miguel Ángel Blanco a manos de pistoleros de ETA.
Tras traducir su nombre al vasco, “Imanol” empezó a estudiar maestría industrial en eléctrónica. Nunca acabó sus estudios, porque decidió consagrarse a la interpretación en los 70, y se integró en diversas compañías teatrales independientes vascas. Se trasladó a Madrid, donde pasó auténticas calamidades, y llegó a tener que dormir en el metro. Por suerte, consigue convertirse en actor habitual del Centro Dramático Nacional, institución creada por aquel entonces por el Ministerio de Cultura para dar a conocer el teatro español del siglo XX y de jóvenes valores. Participa en celebrados montajes de obras como “Los gigantes de la montaña”, de Miguel Narros.
Debutó en el cine con La Correa, de Pedro Olea, y Humberto Solás le ofrece viajar a Cuba y convertirse el protagonista de Cecilia. Un jovencísimo Pedro Almodóvar le contrató para protagonizar el excesivo vodevil Laberinto de Pasiones. Interpretaba al hijo del derrocado emperador de Tirán, un supuesto país árabe, que llegaba a Madrid, donde se enamoraba de una joven ninfómana, miembro de un violento grupo musical. Antonio Banderas encabezaba un comando que quería secuestrarle, en su primera colaboración con el cineasta manchego.
El gran público empezó a conocer a Imanol Arias por su trabajo en Anillos de Oro, serie que protagonizó con la también guionista Ana Diosdado, sobre un bufete de abogados especializado en asuntos matrimoniales. También intervino en la muy coral La colmena, con la que Mario Camus adaptaba la novela de Camilo José Cela, y fue uno de los protagonistas de Demonios en el jardín, de Manuel Gutiérrez Aragón, sobre una familia de la postguerra. Y realizó convincentes trabajos como sacerdote en Bearn o la sala de las muñecas, de Jaime Chávarri, y un homosexual en La muerte de Mikel.
Tras divorciarse de la actriz Socorro Anadón, se unió a la actriz y presentadora Pastora Vega en 1984, con la que tuvo dos hijos, Jon y Daniel, y de la que se separó en 2009.
Su trabajo como científico en Tiempo de silencio marca su primera colaboración con Vicente Aranda, que le convertiría durante mucho tiempo en su actor fetiche. Poco después volvía a ponerse a sus órdenes para convertirse en uno de los delincuentes más famosos de la España del franquismo, Eleuterio Sánchez, en El Lute: Camina o revienta, con la que ganó la Concha de Plata en San Sebastián, y su secuela, El Lute II: mañana seré libre. Con Aranda también rodó El amante bilingüe e Intruso, de menor interés. Arias volvió a reencontrarse con Almodóvar, interpretando un papel mínimo, como marido de Marisa Paredes en La flor de mi secreto. Volvió a emparejarse con esta actriz en Salvajes, debut del prometedor director madrileño Carlos Molinero.
Imanol Arias ha estado muy activo en el terreno televisivo. Protagonizó las series Brigada central, Querido maestro, Severo Ochoa. La conquista de un nobel –en la que encarnaba al célebre cientifico–, y sobre todo Cuéntame cómo pasó, en la que encarna a un prototípico padre de familia, Antonio Alcántara, y que ha sido uno de los mayores éxitos de su carrera.
Ha protagonizado también Pájaros de papel, debut como director de Emilio Aragón, donde interpretaba a un artista que trataba de sobrevivir en el mundillo del espectáculo. En 1995, Imanol Arias llegó a debutar como director con el thriller Un asunto privado, muy mal recibido por crítica y público, y protagonizado por Pastora Vega. Ésta se convirtió en protagonista de los principales programas y revistas del corazón cuando abandonó a Arias para irse con el actor Juan Ribó, pero Imanol Arias decidió seguir la senda de la discreción, en su línea habitual.