
Jack Black
53 añosGamberro con gracia
El tipo tiene un morro que se lo pisa y disfruta como un enano haciendo calaveradas. Pero tiene talento para hacer reír, lo cual es el mejor pasaporte en estos tiempos, y si encima canta...
Si preguntáramos a los lectores es casi seguro que a la mayoría le gustaría o le hubiera gustado recibir clases de un profesor como Jack Black: divertido, gamberro y un poco tramposo. Casi como una alumno más, vamos. Aunque, sin duda, lo más alucinante hubiera sido practicar rock & roll en lugar de aprender derivadas, integrales matrices y demás operaciones teóricas (nunca se me dieron bien las mates, ¿se nota que las odio?). El caso es que con su papel de Dewey Finn en la más que simpática Escuela de rock, este actor rollizo, bajito y bastante descarado ha logrado su mayor éxito hasta el momento, y eso que se trataba de una película para chavales, lo cual incrementa notablemente el mérito de su protagonista. De hecho, él conocía ese peligro y le puso freno: “Estaba un poco preocupado con el trabajo con niños. Quería estar seguro de que no íbamos a acercarnos de puntillas a un tema que normalmente sería gracioso, o que íbamos a hacerlo de modo cursi”. Y, visto lo visto, se llevó el gato al agua.
Jack Black es un tipo peculiar, amante del mítico grupo AC/DC, y al que no le importa parecer ridículo si es para hacer reír a los demás. Pero su sentido del espectáculo va más allá del cine. De hecho es el fundador de un grupo musical y él mismo se ha definido más de una vez como un cantante que actuaba para ganarse el pan. Nacido en Santa Mónica el 28 de agosto de 1969, Jack estudió en una escuela hebrea y a la temprana edad de 13 años demostró sus habilidades interpretativas en un anuncio comercial. Tras acabar los estudios primarios, marchó a la Universidad de Los Ángeles para estudiar teatro. Pese a que nunca llegó a graduarse, entró a formar parte del grupo teatral de Tim Robbins, quien más tarde ejercería de padrino en su carrera cinematográfica. Pero fue también en el mundo de las tablas donde coincidió con su media naranja musical, un tipo tan alocado como él, llamado Kyle Glass, y con el que formó la banda rockera Tenacious D, actualmente en plena forma. Y a fe mía que al oír algunas composiciones del grupo, uno se sorprende del talento vocal de este pequeño gran actor.
Como queda dicho, fue el recientemente ganador del Oscar secundario por Mystic River, Tim Robbins, el que ofreció a Jack Black su primer papel para el cine. Fue en la película Ciudadano Bob Roberts (1992). Poco a poco fue haciendo sus pinitos y apareció durante la década de los 90 en notables películas, aunque siempre con papeles muy secundarios. Repitió con Robbins en Pena de muerte (1995), emuló a Jim Carrey en Un loco a domicilio (1996), y entre otras películas tuvo breves apariciones en los thrillers Fanático (1996), Chacal (1997), donde las pasó canutas delante de Bruce Willis, o en Aún sé lo que hicisteis el último verano y Enemigo público, ambas de 1999. También volvió a tener presencia en la que es hasta el momento la última película de Tim Robbins como director: Abajo el telón (1999).
Pero cuando se ha hecho popular el nombre de Jack Black ha sido en los últimos cuatro años. La fama llegó con Alta fidelidad (2000), magnífico producto independiente, en el que Black encarnaba a un insolente y dicharachero fanático de la música y en el que incluso tenía una aparición estelar sobre el escenario cantando el tema “Lets Get It On” (que dicho sea de paso dejaba bocas a su compañero de reparto John Cusak). Tras este despegue, por el que recibió más de un premio internacional, estabilizó su fama al enamorarse de una gordísima Gwyneth Paltrow en Amor ciego (2001), una comedia muy gamberra de los hermanos Farrelly. Luego tras otros trabajos menos conocidos, como Orange County (2002), ha vuelto al éxito con la mencionada Escuela de rock, de gran acogida por parte del público. Tiene por estrenar la comedia Envy, de Barry Levinson, pero sin duda lo que más se espera de él es su importante papel en la versión de King Kong que va a rodar próximamente Peter Jackson. Mucho futuro tiene el simpático Jack Black, quien se siente orgulloso al decir de sí mismo: “Soy un perfecto payaso. Lo mío es entretener, y poseo todo un arsenal de entretenimiento a mi disposición”.