
Justin Theroux
51 añosEl fruto de la constancia
Para la mayoría, sobre todo la que está pendiente de la prensa del corazón, se queda en mero marido detrás de una gran mujer. Pero aunque su carrera no acababa de despegar, ha trabajado duramente, llegando a convertirse en guionista y realizador. El esfuerzo da sus frutos, tacita a tacita. Justin Theroux empieza a ser reconocido como actor por títulos como “The Leftlovers” y “La chica del tren”.
Nacido en la capital estadounidense, el 10 de agosto de 1971, Justin Paul Theroux es el mayor de los dos hijos de Eugene, abogado de una de las firmas más importantes de la ciudad, mientras que su madre, Phyllis Grissim Theroux, ejerció muchos años como periodista del periódico más importante del lugar, The Washington Post. La familia ha estado siempre muy relacionada con la creación artística, sobre todo porque Paul Theroux, tío paterno del actor, alcanzó reconocimiento como poeta y autor de novelas como La costa de los mosquitos.
Ya estaba convencido en el instituto de qué quería hacer con su vida, por lo que se integró en el grupo de teatro estudiantil. Se graduó en Arte Dramático y Artes Visuales, por el Bennington College, en 1993. Le costó meter la cabeza, pues no obtuvo su primer papelillo hasta tres años después, cuando apareció como un personaje muy secundario, el revolucionario Mark, en Yo disparé a Andy Warhol, lo que al menos le sirvió como tarjeta de presentación para conseguir múltiples papeles teatrales tanto en Broadway como en el off-Broadway, el circuito alternativo.
Para ganarse la vida, recorrió diversas series, e incluso llegó a tener dos papeles distintos (un ligón, y un escritor) en sendos capítulos de Sexo en Nueva York. No le faltaron papeles poco destacados en pelis de segunda, como el cowboy de Romy y Michelle. Tras encarnar a un yuppie en American Psycho, David Lynch se convirtió en el primer realizador que apostó fuerte por él, al confiarle un papel con cierta importancia, el director de cine Adam Kesher, al que la mafia intenta imponer una protagonista, en su onírica Mulholland Drive. Allí llamaba la atención, sobre todo porque recaía sobre él la parte cómica del desconcertante film. Años más tarde, el realizador le rescataría para un fragmento de su inexplicable Inland Empire.
Esto no ha servido para que en cine le dieran buenos papeles, teniendo que contentarse con uno de los villanos de la excesiva Los Ángeles de Charlie: Al límite, el policía de Corrupción en Miami, y el pinchadiscos malvado de Zoolander. Pero hizo buenas migas con el protagonista de esta última, Ben Stiller, con quien redactó –aprovechando que en su familia abundan los profesionales de la escritura– el guión de Tropic Thunder: ¡Una guerra muy perra!. Desde entonces inició una prolífica carrera como guionista, pues ha sido el responsable de los libretos de un film de superhéroes, Iron Man 2, un musical, Rock of Ages (La era del rock), y la comedia Zoolander 2, de nuevo con Stiller al frente. En 2006 debutó como realizador con la architípica comedia romántica Dedication, donde un misógino escritor de libros infantiles (Billy Crudup) debe formar a su pesar tándem con una ilustradora (Mandy Moore), de la que está destinado a enamorarse.
Iba en la misma línea la nefasta comedieta Sácame del paraíso, con un matrimonio desempleado que se une a una comuna hippie. Rutina sin gracia, al servicio de la protagonista Jennifer Aniston, de la que quiso el destino que se enamorase locamente durante el rodaje. Se comprometieron en 2012, se casaron en 2015, y durante este tiempo ha acabado harto de haberse convertido en uno de los principales objetivos de la prensa del corazón. “Es chocante cómo algunas cosas alcanzan importancia cuando hay asuntos mucho más importantes ocurriendo en el mundo”, ha señalado. “Existe un apetito sin fin por la basura, aunque todo el mundo diga que no lo tiene”.
Aunque no acababa de pegar, ha seguido tratando de seguir adelante con su carrera actoral, que ha dado sus mayores frutos en el terreno televisivo. Tras convertirse en un mercenario en Alias, conquistó el corazón de los seriéfilos en A dos metros bajo tierra, como Joe, el vecino músico de la desinhibida Brenda (Rachel Griffiths), novia de uno de los funerarios protagonistas. Resultó convincente como el abogado Justin Anderson, de Parks and Recreation, que en uno de los capítulos critica a Jennifer Aniston, y también como un personaje real, el comerciante convertido en héroe de la Revolución Americana John Hancock, en John Adams. Su papel más recordado, el jefe de policía y padre de familia Kevin Garvey, cuya esposa se une a una secta, tras la desaparición de millones de personas en The Leftlovers. “Te presentan a un puñado de personajes sobre los cuales no tendrías por qué interesarte, salvo porque algo extraordinario les ha pasado, y a medida que conoces más acerca de ellos te vas encariñando”, ha explicado Justin Theroux. “Es contar la historia al revés. Si fuera un drama o un thriller primero conocerías a los personajes, y luego ocurriría algo inusual. Aquí hemos ido a la contra, empezamos con un mundo destruido, y después nos adentramos en la historia de los protagonistas”.
Quizás potencie su carrera en la gran pantalla su trabajo como Tom, ex marido de la neurótica protagonista de la exitosa La chica del tren, aunque se subió a bordo en el último momento, en sustitución de Chris Evans, que tenía problemas de agenda. “Me atraía mucho cómo trataba el guión la adicción de la protagonista al alcohol, y a vigilar a desconocidos desde el tren”, ha declarado. “Yo mismo lo he experimentado, si vas despacio puedes incluso mirar el interior de sus casas, lo que resulta invasivo, porque pues ver sus trapos colgando”. A continuación le ha fichado el especialista en ciencia ficción Duncan Jones para Mute, donde encarna al protagonista, un camarero del futuro en busca de su pareja desaparecida. Todo indica que sigue en ascenso...