
Vincent Lindon
64 añosPremios: 1 Festival de Cannes Ver más
La procesión va por dentro
Tiene aspecto de tipo duro, contundente. Destaca su pelo alborotado, y transmite cierto aire de tosquedad irresistible, se nota que la procesión de sus personajes va por dentro. El francés Vincent Lindon ha desarrollado una sólida carrera, demostrando su versatilidad al saltar de un género a otro.
Vincent Lindon nació el 15 de julio de 1959 en Boulogne-Billancourt, y verdaderamente tiene un pedigrí familiar notable. Unos de sus bisabuelos fue Alfred Dreyfus, el tristemente célebre oficial francés acusado falsamente de traición, en uno de los casos más aireados de antisemitismo que se recuerdan. Otros familiares de relumbrón son Jêrome Lindon, su tío, director del sello editorial Éditions de Minuit; Raymond Lindon, un abuelo, que intervino en la liberación de Francia de los nazis y participó en la creación del estado de Israel; y su bisabuela Fernande Citröen, hija del creador de la famosa marca de automóviles. El origen judío del futuro actor queda claro si se recuerda que su bisabuelo nacido en Polonia se llamaba Abner Lindenbaum, quien trocaría su nombre por Alfred Lindon cuando emigró a Londres, Inglaterra.
Hijo de un industrial y una periodista, en su juventud Vincent se aficionó al boxeo, pero sus padres no estaba muy a favor de que ésa acabara siendo su dedicación profesional, ello a pesar de que era indudable que tiene un físico adecuado para el deporte de los puños. El cine se ve que le atraía, pues después de acabar el bachillera trabajó como ayudante de vestuario en una película de Alain Resnais, Mi tío de América (1980).
Joven y con ganas de aventuras cruzó el Atlántico y se estableció en Nueva York, donde estudió piano y canto; además tomó clases de teatro en Boston y la propia Nueva York. De vuelta a casa, en 1981 se convierte en regidor del cómico Coluche, a quien acompañó en sus tournées en el mismo año en que se postuló como candidato a la presidencia francesa, puesto que evidentemente no logró. No acababa de encontrar Lindon su sitio, y trabajó durante 1982 en el periódico Le Matin. Sin embargo, anhelaba hacer cine y se inscribió en el curso Florent; allí se fijó en él uno de sus profesores, el actor Francis Hunter, y junto a él debutó en la pantalla con Le faucon (1983). Irá sumando papeles pequeñitos como el de Notre histoire (Bertrand Blier, 1984), junto a Alain Delon, con quien también hizo Palabra de ley (1985). Su buen dominio del inglés le permite estar también en La calle de la Media Luna (Bob Swain, 1986), junto a Sigourney Weaver y Michael Caine. En la muy subida de tono Un hombre enamorado (Diane Kurys, 1987) compartió cartel con Peter Coyote, Greta Scacchi, Jamie Lee Curtis y Claudia Cardinale.
Pero no fue hasta 1988 que le llegó la oportunidad de un papel protagonista. Fue en L'étudiante (Claude Pinoteau, 1988), donde se enamoraba de una joven Sophie Marceau. El actor brilla, y surgen varios directores que se aficionará a requerir sus servicios. Claude Lelouch lo hizo durante tres años consecutivos en Il y a des jours... et des lunes (1991), La belle histoire (1991) y Todo esto...¡¿para esto?! (1992); y Coline Serreau en sus comedias La crisis (1992) -premio para Lindon en Cannes y primera de las cuatro nominaciones al César que acumula-, El planeta libre (1996) y Caos (2001). Otros “repetidores” son Benoît Jacquot y Pierre Jolivet.
Lindon demostró que podía hacer papeles de muy diverso porte, era lacónico, y sin embargo conmovía, producía risas o lágrimas. Impactó su papel de antiguo terrorista en Gaspard y Robinson (Tony Gatlif, 1990), donde coincidió con Yves Montand. Entre sus papeles más celebrados destaca el de Paparazzi (1998), película a la que contribuyó también como guionista. Curiosamente, Lindon había sido sujeto de interés de estos pegajosos fotógrafos por su aireada relación sentimental con Carolina de Mónaco. Pero fue en 1998 cuando se casó con la actriz Sandrine Kimberlain, nacida en su misma ciudad, y con la que había trabajado el año anterior en Le septième ciel (Benoît Jacquot); con ella rodaría uno se sus mejores filmes más de una década después, en Mademoiselle Chambon (Stéphane Brizé, 2009), cuando ya se habían separado; ambos son padres de una niña.
De la capacidad de adaptarse a cualquier género da idea su presencia en dos thrillers recientes, La moustache (Emmanuel Carrère, 2005) y Pour elle (Fred Cavayé, 2008), junto a Diane Kruger, que ha sido objeto de un remake hollywoodiense dirigido por Paul Haggis, donde su rol lo asume Russell Crowe. Destaca entre sus papeles dramáticos de hombres heridos de amor el que asume en Welcome (2009), es magnífica su composición de su profesor de natación tocado en lo más hondo por la intención de un alumno, inmigrante kurdo enamorado, que pretende cruzar el canal de La Mancha a nado para reunirse con su amada.
Premios
Ganador de 1 premio
- Actor principal La ley del mercado