
Mark Wahlberg
52 añosPremios: 0 Oscar (más 1 nominaciones) Ver más
Chico malo
De delincuente juvenil a estrella musical para los adolescentes. De modelo de ropa interior a actor nominado al Oscar. En definitiva, Mark Wahlberg posee una vida que sería un interesante argumento para una película. ¡Acción!
El espectador que haya fijado recientemente en su retina a Mark Wahlberg lo tendrá por alguien inexpresivo, con cara de pocos amigos y algo brusco. Al pensar en una profesión, lo primero que acude a la mente es policía y, por supuesto, de los buenos. Algo que resulta inevitablemente curioso ya que si el hoy serio y honrado Wahlberg sabe encarnar tan bien a los agentes de la ley, es porque ha tratado con ellos en innumerables ocasiones, y no precisamente por ser un ciudadano modelo.
Mark nació el 5 de junio de 1971 en un barrio marginal de Boston. Es el pequeño de nueve hermanos. Una gran familia de origen sueco-irlandés, que se rompió con la separación de sus padres cuando tenía 11 años. Los progenitores se desentendieron de sus hijos, por lo que Mark y varios de sus hermanos optaron por intentar ganarse la vida por su cuenta. A pesar de esta dura situación familiar, Mark tiene una estrecha relación con su madre, como confirma el propio actor. Sin embargo, hace unos años la falta de sus padres le llevó a las calles de su barrio por el mal camino. Abandonó el instituto con 14 años, aunque años después consiguió sacarse el graduado escolar, y se dedicó a cometer pequeños delitos y a comerciar con droga. Con 16 años ingresó en prisión después de haber sido declarado culpable de atracar a dos vietnamitas. En la cárcel decidió que tenía que cambiar de vida, para lo que resultó determinante la ayuda de su hermano Donnie Wahlberg. Hoy Donnie también es actor, pero en aquella época triunfaba con el grupo musical New Kids On The Block. Su influencia ayudó a su hermano a transformarse en Marky Mark, un rapero con imagen de chico malo, que se convirtió en estrella con su primer disco.
Marky Mark tenía la costumbre de bajarse los pantalones en sus conciertos, cosa que volvía locas a sus seguidoras adolescentes. Esta peculiar costumbre le abrió las puertas de Calvin Klein, quien lo contrató como modelo de ropa interior. En un abrir y cerrar de ojos, su imagen en paños menores cubrió cada rincón de Estados Unidos. Fueron años de éxito y de polémica. La imagen de Mark se ligaba a peleas continuas, consumo de drogas y demás actitudes poco ejemplares. Su mala reputación le pisaba los talones y comenzó a bajar su popularidad. Entonces tomó la decisión de abandonar el mundo de la moda y de la música para probar suerte con la interpretación. Dejó de lado su nombre artístico y recuperó su original Mark Wahlberg. Y como si de un cambio de traje se tratara, la fama negativa del otrora cantante no le precedió y pudo iniciar un camino en Hollywood, cosa que a priori podía parecer harto complicada.
Lo que sí persiguió a Mark al inicio de su carrera fue su imagen de chico malo que traía locas a las chicas. Así que fue seducido por su maestra en su debut en La profesora (1993), amigo conflictivo del todavía más problemático Leonardo DiCaprio en Diario de un rebelde (1995) y un amante enfermizo en Pasión obsesiva (1996). Su primera gran oportunidad se la dio Paul Thomas Anderson al convertirlo en estrella del porno en Boogie Nights, otro papel hecho a medida ya que exhibía palmito y un carácter bastante insoportable. Entonces Mark abandonó su imagen de chico malo para comenzar a interpretar al bueno de la película. Su primer papel de este tipo fue en The Corruptor (1999), donde interpretó a un policía. A este trabajo le siguió Tres reyes (1999), donde su buen corazón acabó venciendo a su picardía. También fue el bueno en La tormenta perfecta (2000), su primera cinta más comercial, donde vivió un auténtico infierno junto a George Clooney. Y fue todo un héroe en la nueva versión de El planeta de los simios (2001) que dirigió Tim Burton. Estos títulos de mayor renombre para el gran público, no deben ocultar dos películas interesantes de la filmografía de Wahlberg, ya que ambos títulos están relacionados con su propia vida. El primero es el thriller La otra cara del crimen (2000), donde recién salido de la cárcel es embaucado por su buen amigo Joaquin Phoenix para volver a delinquir; y el segundo es el drama musical Rock Star (2001), donde encarnó a una estrella del rock desbordada por el éxito.
Siendo un rostro conocido para el gran público, Mark se permitió el lujo de volver al lado oscuro, aunque con poderosas excusas para obtener la comprensión del respetable. En The Italian Job (2003) fue un entrañable ladrón de guante blanco, y en Cuatro hermanos (2005) el justiciero que quería vengar la muerte de su madre. Entonces, la policía volvió a llamar a su puerta en forma de Martin Scorsese, quien le ofreció el papel de Dignam en Infiltrados (2006). Su interpretación de este rudo y agresivo policía le sirvió para obtener la nominación al Oscar al mejor actor de reparto. Instalado de nuevo del lado de la ley, Mark ha hilado tres títulos en los que ha sido poli o agente del gobierno. Su temible Dignam dio paso al falso culpable en que se convirtió en Shooter: el tirador (2007). Asimismo, en La noche es nuestra repitió como policía y como hombre que intenta hacer entrar en vereda a Joaquin Phoenix, que en esta ocasión es su hermano.
Para muchos el rostro serio e inexpresivo de Mark no encaja en el de un buen actor. Pero la realidad es que el futuro que tiene por delante no puede ser más desalentador para los defensores de esta opinión. Mark acaba de protagonizar para M. Night Shyamalan El incidente, para Peter Jackson The Lovely Bones, y se convertirá en un boxeador a las órdenes de Darren Aronofsky en The Fighter. La vida le sonríe a este actor que ha sabido dejar de lado un turbio pasado y ordenar su vida. Familiarmente también ha conseguido crear una estabilidad de la que él careció. Él y Rhea Dirham son padres de dos niños de 4 y 2 años, a los que el actor adora. De hecho, la pareja se ha comprometido y ultima los detalles para casarse. Además, la vida de Mark está presidida por la religión. Es católico y lo primero que hace por la mañana y lo último que hace cada noche es dar gracias a Dios, "me reconforta muchísimo", afirma el renovado Wahlberg. Así que, por lo que parece, no queda rastro del “bad boy” que marcó sus años de juventud. Es el momento de disfrutar del nuevo Mark Wahlberg.