
Cillian Murphy
47 añosBrillante
Cine fantástico a troche y moche. Rostro enigmático. Celoso de su vida privada. El irlandés Cillian Murphy tiene talento, pero no quiere acabar quemado por el sol fílmico, o que su carrera dure 28 días.
Cillian Murphy nació en Douglas, condado de Cork, Irlanda, el 25 de mayo de 1976. Fue el primogénito de cuatro hermanos en el seno de una familia católica, donde existía una gran tradición por la profesión educativa, los padres sin ir más lejos eran profesores. Aunque este morenazo de carecterísticos ojos azules y marcados morritos inició estudios universitarios en Cork, aquello no le iba y lo dejó al cabo de un año para dedicarse a la música, tocando la guitarra en varias bandas de rock; en la aventura musical le acompañaba su hermano Páidi. Lo que fue compatible con su integración en un programa de aprendizaje de la compañía de teatro Corcadora, también de Cork, lo que propició más tarde su debut en los escenarios con la obra "Disco Pigs" de Enda Walsh en 1996. Siempre le estará agradecido al escritor y poeta William Mall por animarle en su dedicación profesional a la interpretación. La música quedaría en un segundo plano.
Durante los siete años siguientes, su trabajo consiste en obras de teatro clásicas y contemporáneas en los escenarios, incluidos Chejov y Shakespeare, más cortos, películas independientes y una incursión en una miniserie televisiva de la BBC, The Way We Live Now. Tampoco falta a la cita de la adaptación fílmica de la obra con que había arrancado su carrera de actor, Disco Pigs. Su primera película que suena es la ciencia ficción con zombis de Danny Boyle en 28 días después (2002); el cineasta británico debió quedar satisfecho, pues contaría con él para la inferior Sunshine (2007). Está claro que los cineastas británicos tienen su radar detector de buenos actores que prometen encendido pues Anthony Minghella le ficha para la hollywoodiense Cold Mountain (2003), una producción con actores tan populares como Nicole Kidman, Jude Law y la oscarizada Renée Zellweger. El mismo año está en una producción de prestigio como el biopic del pintor Vermeer La joven de la perla, donde estaban también unos prometedores Colin Firth y Scarlett Johansson.
2004 es un año importante para Cillian, que se casa con Yvonne McGuinness, con la que ha tenido dos hijos. Celoso de su vida privada, su familia está fuera de los focos, y el propio actor, una vez alcanzada la popularidad, se expondrá a los medios lo justo para promocionar sus trabajos.
La vena de los cineastas británicos que confían en su talento sigue y sigue. Christopher Nolan cuenta con él para la resurrección de la marca Batman en Batman Begins (2005) y, con menos presencia, El caballero oscuro (2008), con el personaje del Espantapájaros. También le fichará como villano de Origen (2010). Ken Loach le da un papel en la premiada con la Palma de Oro en Cannes El viento que agita la cebada (2006), film sobrevalorado que aborda con virulencia y rabia el conflicto de Reino Unido e Irlanda. Su compatriota Neil Jordan le da tajo en Desayuno en Plutón (2005), retorcida historia de un travesti no demasiado lograda.
El aspecto inquietante y enigmático de Cillian parece haberle convertido en actor favorito de cineastas adscritos al terror, el fantástico y el thriller. Eso parece deducirse del hecho de que hayan acudido a él, aparte de Boyle y Nolan, directores tan dispares como Wes Craven (Vuelo nocturno, 2005, una historia misteriosa a bordo de un avión), Andrew Niccol (In Time, 2011, parábola futurista sobre el tiempo que se escurre de las manos) y Rodrigo Cortés (Luces rojas, 2011, sobre fenómenos paranormales). Va tomando papeles protagonistas en títulos como Peacock (2010), junto a Ellen Page y Susan Sarandon, y tiene en marcha el film sobre la contracultura Hippie Hippie Shake.