
Richard E. Grant
66 añosPremios: 0 Oscar (más 1 nominaciones) Ver más
El brujo elegante
De silueta alta, delgada y elegante, y peculiares ojos de color violeta, durante muchísimos años ha sido un secundario de lujo para realizadores de primera fila necesitados de alguien que interpretara a un británico de clase alta de épocas pasadas. Pasados los 60 años, Richard E. Grant al fin ha conseguido un merecido reconocimiento con “¿Podrás perdonarme algún día?”.
Nacido el 5 de mayo de 1957, en Mbbane, al norte de Suazilandia y muy cerca de la frontera con Sudáfrica, Richard Grant Esterhuysen es hijo de Henrik, funcionario británico de la administración colonial, mientras que su madre, Leonne, tenía ascendencia británica y alemana. Su infancia quedó truncada tras el traumático divorcio de sus padres, suceso que le empujó a iniciar un diario, que sigue escribiendo en la actualidad.
Estudió Inglés y Arte Dramático en la Universidad de Ciudad del Cabo, donde debutó como actor, formando parte de la Compañía de Teatro Espacial, de la localidad sudafricana. Se dio cuenta de que tendría más posibilidades de triunfar en su profesión en Reino Unido, así que aprovechando su doble nacionalidad suazi-británica se mudó en 1982 a Londres. “Allí mi acento les parecía muy raro. Conocí al director Charles Sturridge, que acababa de rodar Retorno a Brideshead, y me dijo que hablaba como un inglés de los años 50”, recuerda en una entrevista.
Debutó en el cine con Withnail y yo, comedia negra considerada hoy de culto, escrita y dirigida por Bruce Robinson, donde interpretaba a un joven actor sin empleo con problemas con el alcohol. Resulta especialmente meritorio que triunfara con ese personaje, ya que su cuerpo no tolera ni una copa de vino, por lo que en la vida real es totalmente abstemio. El film obtuvo una gran repercusión pese a su limitado presupuesto, lo que propició que le ofrecieran trabajos en Hollywood, y que los críticos le auguraran una carrera brillante. Sin embargo, no acabó de elegir bien sus proyectos, lo que le alejó del estrellato. Realizó un buen trabajo en Warlock, el brujo, como el terrorífico Giles Redferne, que reaparece trescientos años después de ser condenado a la hoguera, pero el film de Steve Miner no pasaba de subproducto de serie B para los videoclubs de la época. Por su parte, la interesante Las montañas de la luna, de Bob Rafelson, donde interpretaba a un explorador británico, no acabó de pegar; tampoco tendría demasiada repercusión Henry & June, donde Philip Kaufman reconstruía la relación entre la escritora Anaïs Nin, y el matrimonio formado por June y Henry Miller, autor de “Sexus”, mientras que la surrealista El gran halcón, donde interpretaba a un desquiciado que obligaba a robar unas obras de Leonardo Da Vinci a un ladrón de guante blanco encarnado por Bruce Willis, supuso el mayor descalabro en la época del protagonista de Jungla de cristal.
Como consecuencia, Richard E. Grant quedó relegado a actor sin tirón en taquilla, pero cuyo talento apreciaban cineastas de prestigio que le reclutaban como secundario. Así, el público pudo verle como guionista en El juego de Hollywood, de Robert Altman, el joven rico del círculo de amigos de Daniel Day-Lewis, en La edad de la inocencia, de Martin Scorsese, y el doctor Jack Seward, uno de los pretendientes de la joven Lucy, en Drácula, de Bram Stoker, dirigida por Francis Ford Coppola. En 1986 contrajo matrimonio con la profesora de voz Joan Washington, con la que tuvo una hija, Olivia, y un hijastro, Tom, fruto de un matrimonio anterior de ella.
Desde mediados de los 90, su carrera se eclipsó. De vez en cuando realizaba brillantes apariciones, como diseñador de moda en Prêt-à-porter, y lacayo en Gosford Park, en ambas ocasiones de nuevo dirigido por Robert Altman, uno de los pretendientes de Nicole Kidman, en Retrato de una dama, de Jane Campion, padre de la niña protagonista en El cascanueces, de Andrei Konchalovsky, y el film que supuso la cima más baja de su carrera, Spiceworld, donde interpretaba al manager de las Spice Girls, el celebérrimo conjunto musical para adolescentes.
Pese a todo, el intérprete ha conseguido remontar, primero gracias al fenómeno de las series. Bordó a un historiador del arte, invitado de los Crawley, en Downton Abbey, y pese a su brevedad, también al actor especializado en interpretar a reyes Izembaro, en Juego de tronos. En cine, fue el Dr. Zander Rice, villano principal de Logan. Pero sobre todo, el veterano actor ha conseguido por fin el reconocimiento con ¿Podrás perdonarme algún día?, de Marielle Heller. Su trabajo como perdedor, que ayuda a vender sus ‘trabajitos’ a su amiga, una falsificadora de cartas de autores famosos encarnada por Melissa McCarthy, le ha hecho merecedor de una candidatura al Globo de Oro al mejor actor de reparto. Además, J.J. Abrams le ha reclutado para el episodio IX de Star Wars, provocando numerosas especulaciones de los fans sobre cuál será su personaje. En una entrevista aseguró que iba a desvelar por fin de quién se trataba, pero después se puso a hacer incomprensibles gestos de mímica.
Premios
Nominado a 1 premio
- Actor de reparto ¿Podrás perdonarme algún día?